Debido a una denuncia, la Fiscalía General del Estado citó, la semana pasada, al empresario Francisco Cornejo Reynoso. El principal empresario responsable de la construcción de las Villas Panamericanas, fue acompañado por otros empresarios. Acudieron a respaldarlo Luis Germán Cárcoba, Valentín González Cosío, José Luis González Íñigo y Jorge Corvera Gibson.

De acuerdo con Mural (“Que nos revisen: Corey”; 17/Mar/2014) Francisco Cornejo, director de la empresa Corey Integra, señaló que recibió de la Inmobiliaria y Promotora de Vivienda de Interés Público del Estado (Iprovipe) un total de 690 millones de pesos, además de los 340 millones que recibió de IPEJAL para la conformación del fideicomiso que construyó las Villas Panamericanas. Esas que se construyeron bajo múltiples violaciones, pues el lugar no permitía levantar semejante elefante blanco. Precisamente por eso, Corey Integra nunca recibió los créditos bancarios para su realización, por tratarse de una obra de “alto riesgo”.

De esta forma, alentado por Emilio González Márquez, el Iprovipe ‘invirtió’ ilegalmente en las Villas Panamericanas, en contubernio con el constructor que sabía perfectamente de las múltiples irregularidades de ese proyecto. El 13 de junio de 2012 Mural, en un artículo titulado “Viola le Ley Iprovipe”, documentó que “la inversión de Iprovipe para comprar departamentos en la Villa Panamericana fue utilizada de manera ilegal, pues al hacerlo se violaron los objetivos para los que se creó esa entidad. Cabe recordar que la Ley Orgánica del Iprovipe establece en su artículo 2, que sus objetivos son planear, promover y ejecutar desarrollos habitacionales tipo popular o de interés social. A su vez, la Ley de Vivienda del Estado de Jalisco define como vivienda popular aquella cuyo valor al término de su edificación no exceda la cantidad que resulte de multiplicar por 25 el salario mínimo general de un año, es decir, de 474 mil 043 pesos (según el salario mínimo del 2009, de 51.95 pesos), y la vivienda de interés social no debería exceder de 284 mil 426 pesos. Los departamentos en la Villa [panamericana], tienen un costo que va de los 1.2 a 3.6 millones de pesos.”

El caso es que en Jalisco, muchos de nuestros más connotados empresarios gustan de hacer negocios “al estilo Jalisco”, esos donde pierde el patrimonio público de Jalisco para que se enriquezcan los ‘empresarios’ del poder, siempre atentos a traficar con influencias. Esos mismos que pugnan por un ‘sistema anticorrupción’, pero están prestos a realizar todo tipo de negocios corruptos con gobierno. Empresarios que denuncian corrupción, pero son parte significativa de la misma, como entusiastas corruptores de funcionarios. Justo esos mismos que hoy se llaman indignados por que los llaman a cuentas por todas las fechorías en las que han participado.

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