AGOSTO 14, 2016

En política, los hombres y las mujeres se unen, se alían, se separan y se enfrentan, por intereses. En la medida en que se acercan las elecciones, los acuerdos entre expresiones políticas se diluyen, justo porque los intereses entran en conflicto.

Tal parece que la postura de MC sobre el auditor, Alonso Godoy, fue el principio de un viraje en la forma en que el grupo de Enrique Alfaro abordará los asuntos políticos próximos a decidirse en el Congreso del Estado.

De entrada, han dejado saber que no votarán la ratificación del Magistrado Leonel Sandoval. Sin esos votos, en definitiva, no podrá continuar.

El presidente municipal de Guadalajara decidirá cada asunto de cara a su conocida aspiración por la gubernatura de Jalisco. Como en la televisión… pago por evento.

No habrá pacto, acuerdo o negociación que se respete, si esto implica erosionar su capital político. La prioridad, lo tienen muy claro, es asegurar su credibilidad y cada tema que implique buen debate, tratarán de decidirlo a favor de la rentabilidad electoral.

Así que el gobierno de Jalisco tendrá que sobrellevar los siguientes dos años con una inercia que le deja dos opciones: fijar la agenda propia, en base a lo que es posible que se apruebe. Dos, como en el caso del auditor, reaccionar después, tarde, bailando el son que le tocan.

Sobre la ruta de MC, nadie debería llamarse sorprendido. La fuerza emergente que representan tiene claro el objetivo, y ése es el poder ejecutivo de Jalisco, en principio. Para conseguirlo, deben apartarse de cualquier acuerdo que se interponga en esa dirección.

Entre más se acerque el tiempo para la renovación de los poderes públicos, cada movimiento se hará valorando los alcances de la decisión y los costos y beneficios que ello implique, siempre claros que su objetivo es ganarle el poder al PRI. No obstante, en la cuadra del tricolor no parecen claros los objetivos y el alcance de las decisiones.

REACCIONAN, CIERTO, PERO EN DEFINITIVA NO MUESTRAN TRAER LA INICIATIVA DE LOS TIEMPOS Y LOS COSTOS.

La omisión parece ser la decisión. Dejar que el tiempo pase, en espera de que alguna coyuntura (que no tienen idea de cuál) modifique su complejo escenario. Una apuesta por la inercia, sin la construcción de ninguna opción propia.

Esperanzados a un desgaste de MC que les dé la oportunidad de competir en mejores condiciones, pero sin construir nada propio. Al puro estilo del grupo gobernante, dejar todo para el final, confiados en que la suerte les modifique el escenario y se vean, nuevamente, beneficiados por la inercia.

Pero proyecto, opción o ruta, simplemente no existe, como tampoco determinación para cimentarla. Como bien apunta el Pepe Mujica, el activo más valioso de que disponemos es el tiempo, ese mismo que el partido en el gobierno deja transcurrir sin apuntar a nada. Sin definir nada. Sin construir nada.

En los siguientes meses observaremos más desacuerdos que arreglos entre MC y el gobierno. Se trata, simplemente, de tomar distancia de frente a una elección donde se disputa el poder y se contraponen los intereses.

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