Los fundadores de la Unión Americana no sólo crearon los Estados Unidos, también son los creadores del federalismo, la República Presidencial, el derecho constitucional moderno y el Colegio Electoral. Éste último representa el paradigmático sistema de elección indirecta del presidente de los Estados Unidos. La idea que tuvieron los padres fundadores en su configuración, fue el afianzar la Federación y/o la integración de los Estados de la Unión: el Presidente de los Estados Unidos debería contar con un respaldo electoral presente en la mayoría de los 50 Estados que conforman la Unión Americana. Si el Jefe del Estado debía ser electo democráticamente, y además debía garantizar la unidad nacional –de un país territorialmente muy extenso–, debía crearse una figura que conjugara armónicamente votación popular [representa al ciudadano] con votación electoral [representación territorial de los Estados].

El Colegio Electoral de Estados Unidos comprende un total de 538 miembros, equivalentes a los 436 representantes de la Cámara de Representantes [su integración atiende cuestiones poblacionales], a los 100 integrantes del Senado [su integración atiende una representación igualitaria para cada estado de la Unión Americana], más tres delegados del Distrito de Columbia. Son necesarios 270 votos para declararse ganador. Su distribución coincide con el número de diputados senadores que tiene cada estado. No obstante, a excepción de Maine y Nebraska, todos los estados establecen que el candidato que obtenga la mayoría de ‘votos populares’ en cada estado, tiene ‘comprometidos’ todos los ‘votos electorales’.

Entender este sistema resulta oportuno porque actualmente existe un empate de 44.3 por ciento entre Donald Trump y Hillary Clinton (Real Clear Politics), empero, debido al sistema electoral, Clinton registraría 202 votos electorales, respecto de los 154 votos electorales que hasta hoy obtendría Trump. No sería la primera vez que un candidato pudiera ganar la presidencia perdiendo el voto popular en porcentaje: en 2000, George W. Bush fue elegido con 271 votos electorales, pero con 450 mil votos populares menos que Al Gore [en tres elecciones anteriores se ha presentado una situación similar]. A la luz de lo anterior, es oportuno hacer las siguientes reflexiones:

1) La Constitución no obliga a los miembros del Colegio Electoral a votar por el candidato que haya ganado la votación popular. De hecho, hubo 10 casos de compromisarios de un estado que han votado en contra de su candidato. Lo anterior resulta más relevante si se considera que la candidatura de Trump ha sido ampliamente rechazada por sus mismos correligionarios republicanos.

2) El #Brexit significó un paradigmático ejemplo de los efectos negativos que significa votar por un discurso político anti inmigrante, nacionalista y de rechazo a las integraciones económico–regionales; y

3) El liderazgo político comandado por una mujer, ya tiene buenos ejemplos en el Primer Mundo: Angela Merkel (Alemania) y Theresa May (Reino Unido)…

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