Foto: Twitter

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El presidente del CEN del PRI tuvo agenda de trabajo por Jalisco, nótese, justo cuando el gobernador se encontraba de gira por el extranjero. Pues bien, el novel dirigente Enrique Ochoa tiene como eje discursivo el combate a la corrupción, justo en medio de un cúmulo de señalamientos que en esta materia se le imputan al “primer priista de la nación”. Ochoa Reza enfrenta un escenario muy complicado. Por un lado, la baja popularidad del presidente de la República le resta autoridad al equipo de éste para sancionar a gobernadores corruptos. En Veracruz, por ejemplo, ya lanzaron el desafío y aseguran que su gobernador terminará su periodo. Por el otro, restan dos años al periodo presidencial y se antoja un plazo muy corto para que el gobierno federal recupere aceptación, debido a que en estos dos años tendrían que castigarse a altos funcionarios corruptos, a la par de aterrizar las reformas estructurales para que, eventualmente, comiencen a reportar los beneficios tentativos que se plantearon.

El combate a la corrupción es un tema sensible, justo en este momento. En la puerta está la implementación de un Sistema Nacional Anticorrupción que tiene como principal obstáculo a superar, precisamente, las estructuras corruptas bien afianzadas en los estados. Para muestra basta un botón. En Jalisco, el Sistema Nacional Anticorrupción tendría como pieza central al Tribunal Admirativo del Estado… Justo el tribunal con más señalamientos públicos de corrupción, el más desacreditado debido a la conducta particular de dos magistrados que se empeñan en resolver en contra de los más sensibles intereses de la ciudad. Esto ocurre con un silencio cómplice que guarda del PRI Jalisco, mientras MC lidera ya el proceso de destitución del magistrado ícono de ese comportamiento irregular.

Resulta paradójico que mientras el CEN del PRI es encabezado por una nueva cara de la política, con estudios de doctorado, elocuente y comprometido –al menos discursivamente- con el combate a la corrupción; el CDE del PRI Jalisco represente un viaje al pasado… a las viejas formas de hacer política correspondientes a dos décadas atrás. Un partido presidido por un elemento de la vieja guardia, que no tiene ni idea –así lo deja ver cada que declara-, ni sensibilidad para atender los temas del debate público de Jalisco. La apuesta del gobierno federal y su partido es, claramente, el combate a la corrupción. Al menos lo van a intentar. En Jalisco, la apuesta parece ser la inamovilidad, la complicad, la protección política a Emilio González y sus colaboradores más corruptos, mismos que, a pesar de ser señalados por más de 7 mil millones de pesos ejercidos irregularmente, sólo en 2012, no son objeto hoy de ninguna, ninguna investigación. Incluso, no han sido citados a declarar, ni por el escandaloso y conocido vínculo con el operador financiero del Cártel más poderoso del país.

gabtorre@hotmail.com