El inicio del sexenio de Peña Nieto, la autoridad del Estado usó todo su poder para colocar tras las rejas a la dirigente del sindicato más poderoso de América Latina, que cuenta con un millón 600 mil agremiados. La llamada “Jimmy Hoffa de México” encontró la horma de su zapato con un gobierno priista, de esos que años atrás la favorecieron para encumbrarla en el poder por 24 años. Ese mismo poder operó ahora para que fuera exonerada de los cargos que se le imputaron, justo antes de terminar el sexenio del presidente que la profesora osó desafiar.

El SNTE fue fundado el 15 de marzo de 1944. Durante 74 años, ha tenido tres grandes líderes: Jesús Robles Martínez (1949 a 1974: 25 años), quien dejó el cargo a instancias de Luis Echeverría, que impulsó a Carlos Jonguitud Barrios (1974 a 1989: 15 años). Encumbrado, en 1987, Jonguitud Barrios acusó al titular de la extinta Secretaría de Programación y Presupuesto de retener diez mil millones de pesos de cuotas sindicales del SNTE. Dos años después, ese joven secretario (Carlos Salinas) fue electo presidente de México. Como consecuencia arriba al poder del SENTE Elba Esther Gordillo (1989 a 2013). La noche del 22 de abril de 1989, los entonces secretarios de Gobernación, Fernando Gutiérrez Barrios y del Trabajo, Arsenio Farell Cubillas, junto con el presidente Salinas, resolvieron que “La Maestra” sería la sucesora del entonces Senador, Carlos Jonguitud. Además fue apadrinada por uno de los hombres allegados al Presidente, Manuel Camacho.
Después de mantenerse 24 años en los más altos círculos del poder político en México, Elba Esther usó el dominio del SNTE, que en su momento le fue concedido por Salinas, en contra de la candidatura de Peña Nieto. Incluso, ya pasada la elección, se opuso a la reforma educativa “por una palabra”. Gordillo Morales fue aprehendida por desvió de recursos y lavado de dinero por 2 mil millones de pesos. Dinero que simplemente no puede explicar a la luz de sus ingresos reconocidos. Con la aprensión de Gordillo Morales en 2013, Juan Díaz de la Torre es el actual dirigente del SNTE (2013 a la fecha).
De acuerdo con el sobreseimiento que resolvió el primer tribunal unitario en materia penal, la información bancaria de Elba Esther Gordillo, recabada por la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, se obtuvo con violación a los derechos fundamentales de la maestra, debido a que se consiguió sin autorización judicial. Gordillo fue acusada de los delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita por 2 mil millones de pesos, tras un litigio de más de cinco años. Elba Esther fue liberada porque se le ‘violentó el debido proceso’. Eso que ha pasado a convertirse en el acomodaticio argumento jurídico por antonomasia para amparar o liberar a corruptos y criminales, que por motivos pecuniarios o políticos, de gran peso, son absueltos de toda investigación, persecución, consignación y sanción de los delitos que se les imputa. El pretexto perfecto para jueces que buscan un argumento en el derecho, para resolver toda clase de sentencias injustas que favorecen a criminales y corruptos.
En México la justicia la ‘aceitan’ los que tienen dinero o poder. Esos que pueden pagar abogados defensores que cobran por horas y en dólares. Mientras que la protección de los intereses públicos de los mexicanos queda en manos de esos que representan a la sociedad y deben promover la acción penal en defensa del patrimonio público y social por daños de cientos o miles de millones de pesos (el Ministerio Público). Los primeros ganan millones de dólares en cada juicio en que liberan a sujetos acusados por corrupción o crimen organizado. Mientras que los que “representan a la sociedad y buscan la acción penal en defensa del patrimonio público y social” apenas perciben un ajustado salario de 34 mil pesos al mes, en promedio. Los que defienden a corruptos y criminales disponen de firmas y despachos con amplios recursos para ‘aceitar’ a jueces y magistrados que manotean cualquier ‘gratificación’. El caso impune de Elba Esther Gordillo Morales representa un elocuente ejemplo de la politización de la justicia, y de la judicialización de la política. http://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/columna-gabriel-torres-espinoza/elba-esther-la-jimmy-hoffa-de-mexico