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La inseguridad, producto de la impune corrupción, amenaza la estabilidad de los gobiernos. Rebasados por el crimen, al menos un cadáver a diario se queda sin identificar. Para el cierre del sexenio están los casos, todos sonados a nivel internacional: los tres estudiantes de cine desaparecidos; el atentado del ex Fiscal Luis Carlos Nájera; la muerte del bebé Tadeo y su madre, a causa del atentado del ex Fiscal y los narcobloqueos; las narcofosas en casas abandonadas de Tlajomulco; y la morgue itinerante y errante (en tráileres refrigerados). Dos reformas a la Constitución para crear un diseño institucional de Fiscalía General, que concentra todas las facultades y un enorme presupuesto, pero acusa los peores resultados en inseguridad. Otra apuesta más al diseño institucional que no resolvió el problema, incluso lo agravó.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2018, del INEGI, al menos 25.4 millones de mexicanos fueron víctimas de un delito en 2017 y el costo total a consecuencia de la inseguridad representó un monto de 299.6 mil millones de pesos. La inseguridad en 2017 representó 1.65 por ciento del Producto Interno Bruto, el porcentaje más alto en lo que va del sexenio. Sobre la percepción de la inseguridad, el 79.4 por ciento de la población de 18 años y más considera que vivir en su entidad federativa es inseguro, la cifra más alta desde 2013. La inseguridad en los hogares mexicanos representó 299.6 mil millones de pesos, es decir, un promedio de 7 mil 147 pesos por persona afectada.
La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública 2018 estima que en 2017 se denunciaron apenas el 10.4 por ciento del total de los delitos, para los cuales el Ministerio Público inició Averiguación Previa o Carpeta de Investigación en 65.3 por ciento de los casos. Quiere decir que durante 2017, se inició Averiguación Previa en el ¡6.8 por ciento del total de los delitos! Lo anterior representa 93.2 por ciento de delitos donde no hubo denuncia o no se inició averiguación previa. Más aún… del total de averiguaciones previas iniciadas por el Ministerio Público, en el 55.9 por ciento de los casos NO ocurrió nada o NO se resolvió la denuncia. Precisamente, entre las razones de las víctimas para no denunciar delitos ante las autoridades, destaca la “pérdida de tiempo”, con 34.2 por ciento y la “desconfianza en la autoridad”, con 16.5 por ciento (dentro de las causas atribuibles a la autoridad). Qué sentido tiene perder medio día de trabajo en acudir a denunciar ante la fiscalía o procuraduría, además en un clima hostil y con una burocracia arrogante e insensible, si además, no ocurrirá nada con la denuncia. Este momento en que el gobierno que expira su mandato no deja el poder, y el que fue electo no arriba, es estadísticamente el más violento. Justo por ello, la delincuencia durante el período marzo-abril de 2018, es ya la cifra más alta registrada desde el año 2013. El proceso de entrega recepción, entre el gobierno de Aristóteles y el de Alfaro, debería centrar su mayor atención y esfuerzo en contener la espiral delictiva que azota a la población. En un momento que Jalisco parece tierra de nadie.
La encuesta ya citada del INEGI señala que, sobre la percepción de corrupción con respecto de las autoridades de seguridad y de justicia, el 77.3 por ciento de la población de 18 años y más considera que la Policía de Tránsito es corrupta, seguida de la Policía Preventiva Municipal con 69.1 por ciento. Mientras este desastre pasa con la seguridad pública, el poder encargado de impartir justicia y castigar a los delincuentes se exhibe en las peores prácticas de nepotismo y ausencia de méritos profesionales para desempeñarse en el cargo. Mexicanos contra la Corrupción presentó un estudio que revela el nepotismo y las redes familiares en el Poder Judicial de la Federación, donde abunda la escasez de méritos profesionales para desempeñar el cargo que ostentan. Jalisco es uno de los estados con peores prácticas en este rubro, que coincide, justo, con es corrupción del castigo que los delincuentes debieran recibir. Lo que mejor se conoce como impunidad… gabtorre@hotmail.com http://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/columna-gabriel-torres-espinoza/la-transicion-politica-indiferente-a-la-violencia