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Mexico Libre, una organización creada por el ex presidente de México, Felipe Calderón (2006-2012) y Margarita Zavala, no obtuvo el registro como partido político por parte del Instituto Nacional Electoral (INE) debido a que “el 8.2% de sus ingresos no tenía claro el origen”. El Consejo General del INE le negó a la organización el registro como partido político con una votación final que fue de siete consejeros a favor y cuatro consejeros en contra, de acuerdo con los datos que compartió el INE a través de su Twitter oficial. “En virtud de que hay un 8.2% del ingreso en el que el INE no tiene claro su origen, decidí votar en contra del registro de la organización México Libre como partido político nacional”, escribió Lorenzo Córdova.

 La negativa de su registro aún no es definitiva: la decisión puede impugnarse ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, una medida que estará llevando a cabo México Libre, según ha anunciado Margarita Zavala. La legalidad de la decisión del INE será revisada por un órgano jurisdiccional especializado. No obstante, todo esto retrata de cuerpo entero la escasa convicción democrática de los actores políticos principales en este episodio: cuando las decisiones de un órgano constitucional autónomo como el INE, les benefician, representan el paradigma de una institución democrática, autónoma, independiente y profesional; pero cuando las decisiones de esta misma Institución los perjudican, “al diablo con las instituciones”. El INE es el mismo que le reconoció a López Obrador su triunfo electoral de 2018 y el que convalidó el triunfo electoral de 2006 de Felipe Calderón. No obstante, tanto López Obrador como Felipe Calderón, cuando no se han visto favorecidos con las resoluciones de este organismo, lo desacreditan. En democracia es fundamental tanto la aceptabilidad de la derrota, como el acato de los fallos de la autoridad electoral, administrativa (INE) o jurisdiccional (TEPJF). 
 
Por otro lado, mucho se ha dicho que esta decisión representa una malísima noticia para la oposición. Pero tal vez sería todo lo contrario. La función de la oposición política no se encuentra reducida o circunscrita a un partido político: Kumamoto, como diputado independiente, tuvo un papel muy destacado, que llegó a sacudir al sistema de partidos a nivel estatal con su iniciativa #SinVotoNoHayDinero; y López Obrador, sin ser funcionario, fue el líder de oposición más importante en el país por 12 años. El interés de Felipe Calderón de constituir un partido político es, antes bien, de hacerse de las prerrogativas que tiene un partido político [financiamiento, impunidad (de facto: quizá en el corto y mediano plazo nunca veremos a un dirigente nacional de un partido político procesado por actos de corrupción) y candidaturas] y asegurarle una mejor plataforma a Margarita Zavala para que sea candidata a la presidenta de la República. Un asunto más de interés familiar, que de incidencia en la vida política democrática. Pero no debe perderse de vista que, si México Libre logra el registro en tribunales, habrá una opción más para dividir el voto de la oposición al gobierno. Un factor que juega a favor de Morena: divide y vencerás.  
 
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