Las sociedades modernas son cada vez más, y con mayor definición, sociedades de la información. Aquella clásica definición de los factores de producción en una economía [tierra, capital y trabajo] ha experimentado un viraje histórico de la mayor relevancia en nuestros días: en el siglo XXI, el conocimiento, la tecnología y la información son, por antonomasia, la materia prima con la que trabajan las economías más prósperas.

En la vida pública, tomadores de decisiones ex ante [procesos electores] y ex post [en el gobierno], al hecho de asumir una responsabilidad constitucional y/o gubernamental, hacen uso de mecanismos que intentan deducir información de sociedades cada vez más complejas: encuestas, sondeos de opinión, focus group, poll of polls, referéndums, plebiscitos, son paradigmáticos botones de muestra de lo anterior.

Vamos, la gobernación y la transparencia, los dos conceptos de mayor importancia en el debate público, posterior a la Caída del Muro de Berlín, no podrían explicarse y robustecer, sin un flujo democrático y prístino de la información. Inversionistas y el capital financiero, trabajan con los datos proporcionados por calificadoras crediticias y lo que se denomina como ‘riesgo país’. El periodismo y los informativos, es decir, los medios de comunicación, no son ajenos a este particular contexto.

Con relación a lo anterior, por ejemplo, conviene destacar que el género de mayor consumo en la televisión convencional [abierta] iberoamericana y norteamericana [E.E.U.U. y Canadá] son las noticias (Obitel: 2018). De entre las principales 36 economía del mundo, a razón de su PIB, el uso preponderante que tienen los medios digitales [Internet, redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea (Whatsapp, p. ej.)], es la consulta de noticias (Reuters Institute: 2017): v. gr., el uso principal que le dan el 67 por ciento de los usuarios de Facebook, en estas 36 economías, es la búsqueda de noticias. Por otro lado, es particularmente revelador el hecho de que los sectores etarios más jóvenes [18 hasta 35 años de edad] se decantan por la consulta de noticias en medios digitales: más del 60 por ciento; mientras que los sectores poblacionales mayores de 55 años siguen prefiriendo los medios de comunicación convencionales [televisión, radio y prensa escrita] para consultar noticias: pero el porcentaje apenas rebasa el 51 por ciento.
Más aún, año tras año, es menor el número de personas adultas que reportan predilección por estos medios (Reuters Institute: 2017). En todo caso, ello se explica por la crisis de confianza y credibilidad que registran los medios de comunicación convencionales: dentro de las 36 principales economías del Orbe, sólo Finlandia, Brasil, Portugal, Polonia, Países Bajos y España tienen una confianza en sus medios convencionales que supera el 50 por ciento, ¡pero que no rebasa el 62 por ciento!; no obstante, los 30 países restantes registran una credibilidad en sus medios de comunicación que es menor o igual al 50 por ciento: destaca, entre ellos, el caso de Corea del Sur, donde ¡sólo el 23 por ciento de su población sigue confiando en ellos! (Reuters Institute: 2017). Este particular contexto, parece agravarse si se considera el efecto magnificador que tienen los medios digitales en la difusión de información: no sólo es la ‘viralidad’ y la inmediatez su principal característica, también la amplitud y alcance de las noticias falsas y la ‘posverdad’. Todo lo anterior, motiva a cuestionar, reflexionar y discutir el presente y futuro de los informativos/noticieros y el periodismo, de vital importancia para las democracias. Las fake news parecen ser, en todo caso, un término nuevo para un fenómeno viejo. Las iniciativas para contrarrestar sus efectos, el fact checking [verificadores de noticias:], deben ser analizados con especial rigor a la luz de las interrogantes siguientes: ¿quién los verifica? ¿son irrefutables sus afirmaciones? Dogma es lo que no se discute: ¿En el periodismo, y en las democracias, son válidos los dogmas? ¿Quién verifica o debe verificar a los verificadores de noticias? Todo esto y mucho más se discutirá en TVMORFOSIS este 27, 28 y 29 de noviembre en Expo Guadalajara, en el marco de la Feria Internacional del Libro (FIL), con el título “Periodismo en la Era de la Posverdad”.