Mientras en el ámbito federal el Partido Acción Nacional se mete de lleno a la línea de competencia por la presidencia de la República, debido a los resultados de las pasadas elecciones locales; en Jalisco, el PAN aún no supera la debacle causada por el último gobernador de la era hegemónica albiazul -18 años-. El poder desgasta, afectivamente. Pero después del gobierno de Emilio González Márquez, ese partido quedó tan abollado con sus electores, que el PAN Jalisco se desdibujó. Pasó de ser un bastión de votos, a que Acción Nacional ocupara un lejano tercer lugar en los resultados electorales. Pero no todo se debe al evidente desgaste de la marca PAN. Ahora es bien sabido que el núcleo duro del “Emilismo” apostó por la candidatura del ex presidente municipal de Tlajomulco, postulado por MC, en detrimento del candidato de su propio partido. Esa jugada se quedó a 4 puntos porcentuales para lograr el proyecto transexenal que soñaron Herbert Taylor y Emilio González.

Ricardo Anaya, el joven y talentoso presidente del Comité Nacional del PAN -en entrevista con Milenio- detalló toda una estrategia de unidad para presentarse con renovada visión triunfadora a la elección presidencial. Muy a pesar de ese entusiasmo, en Jalisco el PAN simplemente no tiene a nadie dentro de su partido con los activos y el reconocimiento para competir dignamente por la gubernatura. El gran problema de Acción Nacional no es la marca, sino la ausencia total de militantes con prestigio en posibilidades de competir por el gobierno de Jalisco. Lo que debió ser una renovación generacional en ese partido, finalizó en una generación de políticos enriquecidos (ilícitamente, off course), escandalosamente corruptos y resignados a administrar derrotas, en tanto les permitan “mamar de la chichita”. Eso han hecho estos cuatro años quienes mandan en el PAN, en alianza de facto con el PRI, apenas por las migajas…

Eso mismo, si ese partido se los permite, harían con un eventual gobierno naranja. Así que los principales causantes de la debacle panista, hoy neo empresarios con fortuna de dudosa reputación, que además no renovaron su afiliación al PAN, son los más entusiasmados con un “candidato externo”. Uno que les asegure el regreso a las mieles del poder. Naturalmente, lo que buscan es el retorno al esquema de privilegios, al nepotismo, los negocios al amparo del poder y el tráfico de influencias. Una apuesta rentable en términos financieros y políticos. Siempre en ese orden.

Una alianza donde el candidato a la gubernatura no sea del PAN, efectivamente, puede resolverle la rentabilidad electoral en el corto plazo (asegurar un buen número de votos para la elección presidencial). Pero, en el largo plazo, eso conducirá una pérdida de identidad partidista, donde la militancia y la oferta programática del PAN quede avasallada por una oferta emergente que puede absorber lo poco que aún retiene ese partido. No obstante, será muy difícil que quienes manifiestan resistencia a la candidatura de Alfaro logren frenar una inercia que inició, desde la pasada elección a gobernador, cuando la intentona falló. Cuatro años han transcurrido desde que Acción Nacional dejó el gobierno en Jalisco y los gobiernos de toda la Zona Metropolitana de Guadalajara, para llegar al extremo de ser derrotados en todos, absolutamente todos los distritos.

En estos cuatro años, no sólo no hay muestras de recuperación política del PAN, sino que se observa una tendencia a la fusión de sus activos entorno a un liderazgo carismático emergente, como el del presidente municipal de Guadalajara. Un proceso de desinstitucionalización del PAN que plantea nuclearse entorno al movimiento político encabezado por Enrique Alfaro. Unos lo hacen al empujar la alianza desde dentro del partido. Otros alimentan el éxodo a un proyecto político que observan con más futuro. En suma, el PAN Jalisco no ha sabido renovarse. No ha podido plantearse como una oposición con credibilidad en el Congreso y en los gobiernos municipales. No ha querido retomar la oferta ideológica que en antaño, frente a un gobierno priista con desgaste, supieron aprovechar para convertirse en gobierno…