Imagen: El Hospital

No existe un país en el mundo que asegure la cobertura universal a todos los servicios de salud: esto es, salud para todos, en todos los servicios y enfoques de salud. Existe, cierto, acceso universal a unos cuantos servicios de salud [básico o de mayor riesgo, según la región y la valoración especial de cada país]; y en otros servicios (restantes), existen subsidios importantes que llegan a alcanzar el 70 por ciento del servicio médico integral –en el mejor de los casos–. Al respecto, la Organización Mundial de la Salud señala: “La Cobertura de Salud Universal no implica la cobertura gratuita de todas las intervenciones sanitarias posibles, independientemente de su costo, ya que ningún país podría ofrecer todos los servicios gratuitamente de forma sostenible”. 

Francia, por ejemplo, es un caso exitoso para analizar. La alta calidad de los servicios en el sistema público, las innovaciones médicas y la accesibilidad de la asistencia sanitaria pública convierten a Francia en un ejemplo de igualdad en el acceso a los servicios de salud. El secreto es que el sistema de Seguridad Social está financiado en parte por contribuciones obligatorias. Además de las contribuciones del gobierno y de las contribuciones individuales, también se beneficia de contribuciones del 7.5 por ciento realizadas por los empleados y del 13.10 por ciento realizadas por los empleadores. El sistema brinda cobertura básica en caso de enfermedad, maternidad, incapacidad, muerte, accidentes y enfermedades profesionales, vejez y para las familias. Se aplica a todos los residentes del país, estén o no trabajando. Las visitas médicas y los tratamientos son reembolsados por la seguridad social a una tasa del 70 por ciento. El 30 por ciento restante es responsabilidad del paciente. En el caso de enfermedades graves o de larga duración, se proporciona cobertura del 100 por ciento. 
 
Desde hace algunos años, muchos beneficiarios se adhieren a un seguro de salud privado para cubrir los servicios que no son reembolsados por la seguridad social, como el reembolso de gafas. Además, la mayoría de los empleadores ofrecen algún tipo de programa de seguro a su personal. En los países donde mejor funciona el sistema sanitario opera bajo este modelo (mixto): Francia, Dinamarca, Japón, etc. Los mejores sistemas de salud, corresponden a países poblacionalmente pequeños [San Marino, Andorra, Malta], con alto PIB Nacional [Italia, Francia, España] y/o PIB Per Cápita [Singapur, Japón], altísimos niveles de formalidad en el empleo y una consolidada y robusta política recaudatoria; y, sobre todo, un porcentaje del PIB para la inversión en salud muy alto. 
 
En México, más del 50 por ciento de la población trabaja en la informalidad. Tiene apenas un PIB Per Cápita de 8 mil 900 dólares contra el PIB Per Cápita de Singapur de 57 mil 700 dólares. España destina el 9 por ciento de su PIB Nacional a la salud, mientras que México destina apenas el 2.4 por ciento. En México se destina cada vez menos a salud: mientras que en 2013 el gobierno dedicaba el 2.8 del PIB, para 2019 la inversión representó sólo el 2.4 por ciento. De forma que, actualmente, no existe forma de que México ofrezca todos los servicios médicos gratis. No es posible, porque no hay dinero, ni infraestructura para ello. 
 
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/todos-los-servicios-medicos-gratis