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La presentación de la declaración patrimonial, fiscal y de intereses, para que sea efectiva y útil, se debería de cumplir ante una autoridad competente

Un comunicado circulado ayer con los logotipos del Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción, del Instituto de Transparencia, del Instituto Electoral y de Trasparencia Mexicana, apunta a que ¡6 mil 500 candidaturas de Jalisco no han publicado la declaración 3 de 3! La declaración #3de3 es una iniciativa convertida en ley, que busca aumentar la transparencia y -se supone- combatir la corrupción entre los candidatos a cargos públicos en México. Consiste en la presentación de tres declaraciones: patrimonial, de intereses y fiscal​.

No obstante, no hay indicadores duros que apunten a que esta obligación ha causado una mejora en cuanto a los índices o actos de corrupción en el sector público, o de cara a los corruptores de la iniciativa privada que participan de este fenómeno social. Tan solo 450 de los 7 mil 160 candidatos a un cargo de elección popular en Jalisco, han presentado la #3de3. Se trata de un 6.3% del total, lo que es evidencia inequívoca del fracaso que ha representado esa obligación que, ni impacta en los índices o casos de corrupción, ni ha logrado que sea una obligación que se cumpla. Letra muerta, dicen los abogados.

La presentación de la declaración patrimonial, fiscal y de intereses, para que sea efectiva y útil, se debería de cumplir ante una autoridad competente, que fiscalice lo que se declara y luego verifique que no existió enriquecimiento ilícito o conflicto de interés. Para que la #3de3 sea realmente oportuna, es preciso presentarla ante un organismo competente (Contraloría o Auditoría), que posea un mecanismo verificador, sancionador y vinculante, que sea capaz de inhibir una mala conducta mediante penalidades. De lo contrario, se torna en un requisito burocrático más, al que, por cierto, cada vez se le presenta menor atención, por su falta de efectividad, precisamente.

Muchos candidatos que sí han subido su #3de3, proporcionan información deliberadamente incorrecta o incompleta, sin enfrentar ninguna sanción. Pareciera que se trata de tenerla (la #3de3), no de que sea verdad lo que ahí se declara. Este déficit en la verificación del contenido, socava la credibilidad de la ‘iniciativa’ y anula su eficacia en la lucha contra la corrupción, acerándola más a un mero trámite engorroso y sin relevancia.

Tal vez el aspecto más crítico de la #3de3, es la intención (¿ingenua?) de que pedir a los políticos que se autorregulen. Esto no puede sino resultar altamente ineficaz. En una cultura política donde la corrupción y la impunidad prevalecen, los funcionarios corruptos tienen poco incentivo para ser ‘transparentes’. Donde la impunidad es la regla y las sanciones por incumplimiento son débiles o inexistentes, los políticos no asumenel cumplimiento. Si no hay consecuencias significativas por no seguir las reglas, los incentivos para la auto regulación efectiva son prácticamente nulos​, como lo demuestran tajantemente los números de incumplimiento dados a conocer ayer.

Incluso, en el mejor de los casos, transparentan la corrupción. La #3de3, aunque quizás bien intencionada, termina como un esfuerzo simbólico, intrascendente, que no aborda de manera efectiva las raíces del problema, en el que dicen querer incidir. Trabajo para la pose, para la foto autocomplaciente. Aparentar que se hace, lo que no se quiere hacer.

Aunque la ley busca la máxima transparencia, es verdad que también existe preocupación sobre la protección de datos personales y la efectividad del control sobre las declaraciones presentadas. Algunos políticos han expresado temores de que la divulgación de su información patrimonial y fiscal pueda ser utilizada en su contra por grupos delictivos, que bajo la circunstancia actual de inseguridad y crimen organizado, no es para desestimar este argumento.

A pesar de la ‘obligatoriedad’ de las declaraciones 3 de 3, el legislador no estableció un mecanismo efectivo para cerciorarse de la veracidad de la información proporcionada por los candidatos, lo cual deja este instrumento en una circunstancia de voluntarismo puro. Muy falible. Fortalecer los mecanismos de verificación de la información proporcionada, involucrar a una autoridad competente y asegurar una aplicación homogénea, serían acciones necesarias para que la #3de3 cumpla algún propósito de manera objetiva. 


https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/3de3-letra-muerta