Hacer de Guadalajara una Ciudad Creativa y Digital, es un proyecto con un enorme potencial. Pero como muchos buenos propósitos, la Ciudad Creativa y Digital está estancada en una fallida construcción de edificios a sobre precio, cargados de irregularidades, y a los que se les han invertido cientos de millones de pesos, sin tener claridad del propósito de la infraestructura, ni detonar de forma alguna, a las industrias creativas de Jalisco. El pasado 16 de junio, una vez finalizada la revisión de la Auditoría Superior de la Federación, finalmente se documentó lo que era evidente en un proyecto de “arcas abiertas”.
El diario NTR publicó que “La Auditoría Superior de la Federación (ASJ) detectó irregularidades por más de 163 millones de pesos en la construcción del primer complejo de la Ciudad Creativa Digital (CCD), en Guadalajara, por obras que fueron (ojo) pagadas y no ejecutadas. Ese monto equivale a 47 por ciento de todos los señalamientos que se le hicieron a Jalisco, por inconsistencias en el gasto de recursos federales”. Según información que la SIOP proporcionó a la periodista Sonia Serrano, “se encontraron dos montos de obra pagada y no ejecutada, uno por 98.6 millones de pesos y otro más por 55.8 millones de pesos. Además, se hicieron señalamientos por otros 8.5 millones de pesos”. Lo que faltaba, un desastre con las cuentas de ladrillos, varillas y cemento. Porque en lo referente a detonar las industrias creativas, simplemente no se ha logrado nada relevante.
Mural había publicado, el pasado viernes, que el costo del Edificio A, parte del primer complejo creativo del proyecto Ciudad Creativa Digital, presupuestado inicialmente en 299.6 mdp, pasó a costar 323.4 mdp “por concepto de trabajos complementarios”. Cabe destacar que el 20 de abril de 2016, el diario El Norte publicó que el catálogo de conceptos que emitió la SIOP desde la primera licitación, presentaba serias omisiones, inconsistencias técnicas e irregularidades graves. Como botón de muestra se evidenció que en el catálogo de conceptos faltaban, por ejemplo, ¡los ascensores! (se trataba de un edificio de 9 niveles), pudiendo estar entre estas fuertes omisiones la falta de las obras que hoy se requieren por parte de SIAPA y CFE, por un monto extraordinario de 23.8 mdp más, del cual salió beneficiada Breysa Constructora, por cierto muy bien recomendada. Así es que el aumento de los costos de obras licitadas, es probablemente causado por las omisiones y falta de criterio de las dependencias convocantes a esas licitaciones, lo cual afecta la firmeza económica de las propuestas y el tiempo de ejecución, al requerirse después un mayor presupuesto, y más tiempo para concluir las obras requeridas. Así que la gestión sobre el proyecto de CCD se escribe con la tinta indeleble de la corrupción, y la ineptitud de los que se dicen sus impulsores, y resultan ser los verdugos…