El ‘Santo Grial’ al momento de crear una vacuna, no es precisamente la generación científica de anticuerpos frente a una enfermedad, sino que esta sea ‘efectiva’(que, al menos, 60 de cada 100 vacunados generen anticuerpos] y que sea, sobre todo, ‘segura’ [amainar al máximo sus efectos adversos).
Respecto de la vacunación, deben advertirse algunos puntos que, hasta ahora, han sido obviados. En principio, el primer escollo que deberá sortear la vacuna del Covid-19 tiene que ver con afianzar la ‘inmunidad rebaño’, es decir, que al menos el 70 por ciento de la población adquiera anticuerpos para hacer frente al coronavirus. No obstante, hasta ahora, todas las encuestas indican una considerable renuencia de la población a ser vacunada en contra del SARS-CoV-2 -una tendencia que persiste en países desarrollados como subdesarrollados-. Como botón de muestra, recientes sondeos de opinión en Alemania, Estados Unidos y México, por citar tan sólo algunos ejemplos, advierten que apenas un porcentaje de la población que ronda el 55 por ciento estaría dispuesta a vacunarse contra el coronavirus. Con independencia de absurdas ‘teorías conspiracionistas’, existen elementos de juicio entre quienes se muestran renuentes a vacunarse: el desconocimiento de sus efectos adversos, que deriva de dudas razonables basadas en la espontaneidad de su escueto periodo de creación. Aunque, desde luego, inminentes efectos secundarios surgirán -algunos graves-, y eso indudablemente abonará al temor y la negativa de vacunarse.
Por otro lado, no deben ‘echarse campanas al vuelo’. La vacuna generará anticuerpos para hacer frente, de manera más eficaz, a una terrible enfermedad, evitando, en la mayoría de los casos, el desarrollo más crítico de ella: requerir una unidad de cuidados intensivos (intubación). Lo cierto es que la ‘inmunidad’ (entendida como invulnerabilidad) no es lo que se asegura, sino la generación de anticuerpos en las personas -condición misma que dependería de la ‘efectividad’ de la vacuna: en algunas, la ‘efectividad’ es del 95 por ciento (que 95 de cada 100 desarrollarán anticuerpos)-.
Muchos de los ahora infectados -que podría decirse obtuvieron una vacuna ‘natural’ porque ya generaron anticuerpos después de haberla superado- han registrado clínicamente más de dos contagios (no son ‘inmunes’), e incluso muerte en su segundo contagio: se sabe que, al menos, un 10 por ciento de los infectados en Wuhan, se han vuelto a contagiar de Covid-19.
En México, de acuerdo con el Plan Nacional de Vacunación, se prevé que, al cierre del 2021, se encuentre vacunado el 75 por ciento de la población mayor a 16 años. No obstante, la constante es que el gobierno, emanado del partido que sea, nunca cumple sus plazos y metas. Por otro lado, iniciado el 2022, deberá iniciarse de nueva cuenta la vacunación de aquellos que fueron vacunados a inicios de 2021 -para suspenderse la vacunación en todos sectores etarios faltantes de 2021-. De forma que la ‘inmunidad rebaño’ se observaría aun más complicada, por el incomensurable número de personas que seguirán rechazando la vacuna… Lo anterior, sin contar el surgimiento de nuevas cepas del Covid-19 más contagiosas, y para las que la vacuna pudiera no ser efectiva.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/la-vacuna-y-los-desafios