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Perdiendo se puede ganar, y ganando se puede perder… Un triunfo, con gran costo, puede ser la antesala de varias derrotas. Mientras que una derrota puede ser la oportunidad para construir nuevos triunfos. En poco tiempo el grupo que encabeza Enrique Alfaro mostró fisuras que abren una cantidad de especulaciones. En política hay que vender futuro, y justo eso, es lo que queda cada vez menos claro.

La declinación de Ismael del Toro a la candidatura de MC por Guadalajara movió todo el tablero local. Fue una decisión en la que, por muchos sucesos en coincidencia, caben distintas hipótesis. El hecho es que en menos de una semana se tuvo que procesar una sustitución, para un candidato que se creía… insustituible. La elección en Guadalajara se había cuidado para ser la madre de todas las batallas, con Ismael de candidato, precisamente por el simbolismo que implica ganar o perder la capital de Jalisco. Desde la presidencia municipal de Guadalajara se han construido, durante la segunda mitad del sexenio, las candidaturas a gobernador de Jalisco.
Con Pablo Lemus, ¿MC asegura ganar Guadalajara? No. Pero es verdad que en este momento es el candidato mejor posicionado para sustituir a Ismael Del Toro. La medida es de absoluta rentabilidad electoral. Pensada en el presente ¿Pero atiende al futuro del grupo compacto del Gobernador? En principio, no, porque precisamente la fortaleza de Pablo Lemus es la distancia con Alfaro: su independencia, ese criterio discordante que gusta visibilizar y su imagen propia ¿Enrique Alfaro se fortalece con una eventual victoria de Lemus? Eso está por verse. Dependerá ahora del cuidado con que Alfaro cultive, fortalezca o debilite su relación política con Pablo Lemus. Una tarea compleja, porque ambos demuestran que existen muchos intereses encontrados y estilos distintos de hacer y entender el gobierno. Pero la política es el arte de lo posible. Lo que ahora es, mañana no.
Se suma, además, la declinación del ex coordinador de los diputados de MC en el Congreso, a la candidatura por el distrito 9 local. Salvador Caro ha tratado de ser políticamente correcto, pero su tono y conceptos no dejan duda sobre el descuerdo que existe detrás de su decisión. Señala que estará en “aislamiento”, precisamente en un momento en que un personaje como él, debiera estar absolutamente ‘integrado’, de cara una contienda electoral muy competitiva. No es posible disociar la renuncia súbita de Salvador Caro, de la declinación de Ismael del Toro y el ungimiento de Pablo Lemus en Guadalajara. Ahí hay una historia sobre la que aún correrá mucha tinta. Más allá de los personajes, con todo este suceso la marca-partido ha sufrido desgaste en Jalisco. Uno que por ahora se encuentra en el ‘círculo rojo’, pero que terminará por permear en mayor o menor medida durante la campaña electoral. Ese deterioro también es parte del paquete de la candidatura que Lemus aceptó. Por si fuera poco, la elección en Zapopan representa un camino cuesta arriba para MC, con el candidato de Lemus, que no se puede explicar sin Pablo Lemus. ¡Todos los huevos en una canasta!
El dramaturgo y poeta español, Pedro Calderón de la Barca, escribió que “vencerse a sí mismo, es tan grande hazaña, que sólo el que es grande puede atreverse a ejecutarla”.
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