De acuerdo con Statista, actualmente, Facebook cuenta con dos mil 900 millones de usuarios a nivel mundial; YouTube, registra poco más de 2 mil 500 millones de consumidores audiovisuales activos; Instagram, contabiliza casi mil 500 millones de personas conectadas a su red social; TikTok, mil millones de suscriptores; y, Twitter, cuenta con casi 500 millones de usuarios en todo el Planeta. Una robusta, plural y copiosa comunidad digital que, en su conjunto, supera, con mucho, a la población de cualquier país del Globo.
Este particular contexto, se pone de manifiesto en un ecosistema digital donde los periódicos o diarios ya no requieren de los quioscos para llegar a sus lectores, puesto que ahora acceden a ellos a través de redes sociales, auspiciados por un contexto comunicacional dominado por la inmediatez de la información. La radio, ya no se escucha, necesariamente, a través de un transistor, ni tiene horarios ni lugares definidos entre sus radioescuchas para su consumo, debido a la irrupción y el éxito creciente de las plataformas digitales de podcast; y en donde, actualmente, la televisión ha transmutado para convertirse en un medio audiovisual plenamente social, multiplataforma y móvil.
De forma que los medios de comunicación se han visto ante la inexcusable necesidad de cambiar el modo de gestionar sus contenidos, esto es, de ir en busca de su audiencia en donde quiera que esté, a efectos de ofrecerle información rápida, atractiva y digerible, porque ahora, quien marca las reglas y la pauta de la comunicación digital, es la audiencia social.
En ese sentido, habría que decir que la ‘audiencia social’ es aquella que consume contenidos audiovisuales de manera tradicional o digital, y deja una ‘huella digital’ que se plasma tanto en las reacciones como en la discusión que se realiza en Internet, y que deriva, precisamente, de la visualización de estos contenidos, a través de una interacción y retroalimentación, sin comparación, que se establece de forma directa y sin intermediaciones en los medios sociales.
Se trata, en efecto, de una discusión plenamente censal y genuina, y que es de interpretación cuantitativa como cualitativa, la cual es obtenida de la ‘marca’ que deja una ‘huella digital’ que, además, es observable, medible, detectable y ‘decodificable’ en redes sociales.
Así pues, la ‘audiencia social’ es aquella que publica y difunde comentarios, críticas, opiniones y puntos de vista sobre los contenidos que consume a través de redes sociales, en función del cambio acontecido en el ecosistema mediático de nuestros días, dominado por la exponencial adopción de dispositivos móviles, el creciente acceso a Internet y la consolidación de las redes sociales.
Aunque, lo más relevante de la audiencia social, es el impacto que generan sus reacciones y su discusión en el mundo digital, que repercute en el ‘mundo offline’, para así detonar cambios sustantivos no sólo en la sociedad, sino en los emporios mediáticos, en los actores políticos, en las justas deportivas y entre los principales productores audiovisuales.
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