covid/Imagen Internet

Han transcurrido poco más de tres años desde que se diera a conocer el primer caso confirmado de contagio del SARS-CoV-2, en México, el pasado 28 de febrero de 2020. Aunque pareciera que la enfermedad ha sido prácticamente superada —por el decrecimiento drástico de muertes y contagios debido a la alta tasa de inmunización a nivel internacional— la OMS, el 30 de enero pasado (2023), decidió seguir manteniendo en todo el planeta “el nivel máximo de alerta para la pandemia del covid 19”, vigente hasta ahora. ¿Qué ha ocurrido desde entonces a la fecha?

A nivel global, la pandemia del coronavirus, oficialmente, ha causado la muerte confirmada de casi 6.9 millones de personas, según Our World in Data. No obstante, se calcula que, en realidad, la pandemia del covid 19 ha provocado la muerte de 20.3 millones de personas en todo el orbe, debido tanto a la escasez como a la insuficiencia (¿y conveniencia?) de un raudal de países para acreditar, mediante pruebas de laboratorio (PCR), el número de contagios de esta enfermedad. Aun así, el número de casos confirmados del coronavirus en todo el planeta asciende a los 675 millones de personas, esto es, el 8.5% de la población mundial. Todo esto ha ocurrido con ocho ‘olas’ de contagios muy bien definidas a nivel mundial.

En México, de acuerdo con cifras oficiales, a la fecha, son poco más de 7.4 millones de contagios confirmados de SARS-CoV-2 y ¡332 mil 986 las defunciones originadas por esta enfermedad! Desde luego, hay un ‘subregistro’ muy bien medido, al menos, en cuanto al número de defunciones, toda vez que buena parte de los contagios son asintomáticos. El Gobierno de la República, reconoce que, durante los años 2020, 2021 y 2022, se registró un “exceso de defunciones acumulado” de 650 mil 602 personas. De forma que el número de defunciones reales, a causa del covid 19 es, al menos, doblemente mayor. Todo lo anterior, ha ocurrido en seis ‘olas’ epidemiológicas en México: dos causadas por el virus originario; dos más por Delta; una por Ómicron; y una más por la subvariante B.A.5.

A la fecha, se han administrado más de 13 mil 300 millones de dosis de vacunas contra el covid, para así alcanzar, una vacunación de poco más del 70% de la humanidad, con al menos una inoculación. En México, la cobertura de inmunización es del 84% en todos los segmentos de población, con al menos una inoculación, realizadas a través de 15 tipos de vacunas autorizadas por la autoridad. Respecto de las vacunas, existe, aún, una fuerte reticencia o rechazo a la vacunación, apuntalada por una creciente desinformación originada en redes sociales —que la OMS cataloga como ‘infodemia’—, toda vez que la vacunación no produce inmunidad, es decir, no evita el contagio. No obstante, debe decirse que, basado en abultada evidencia científica a nivel internacional, las vacunas son determinantemente eficaces para evitar el cuadro grave y las muertes por coronavirus.

De modo que, aunque la técnica de la vacunación para salir ‘airoso’ de una enfermedad, con altos índices de mortalidad, tiene 227 años de existencia, hasta ahora, tan sólo una produce una ‘inmunidad esterilizante’, esto es, que evite la infección, los síntomas, el deceso y que, además, produzca una memoria inmunológica de largo plazo en el cuerpo humano. Esta vacuna es la del sarampión. Y es, desde luego, el ‘Santo Grial’ al que aspira cualquier vacuna, por lo sumamente complicado que resulta de alcanzar. Como quiera que sea, la investigación, desarrollo e innovación científica, ya ha creado un tratamiento no sólo preventivo, sino reactivo, frente el contagio de coronavirus, como el Paxlovid, que tiene una eficacia acreditada del 89% para evitar el deceso en personas no vacunadas.

Ahora, la atención de las autoridades sanitarias nacionales e internacionales, y de la comunidad científica, se centra en el estudio y tratamiento de las secuelas del coronavirus, denominadas como “síndrome post covid-19” o “covid prolongado”, que producen un amplio espectro sintomatológico, de mediano y largo plazo, relacionado con la fatiga extrema, dolor corporal, trastornos cognitivos, de la memoria, del sueño, dolores de cabeza, daños multiorgánicos y afecciones autoinmunitarias.

Gabriel Torres Espinoza

https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/a-tres-anos-del-primer-caso-de-covid-que-ha-ocurrido