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Jalisco representa el tercer lugar nacional en cuanto al número de electores registrados. Un 6.69% de los electores inscritos en el padrón electoral: 6.4 millones de 96.15 millones de electores. El padrón electoral más grande es el del Estado de México, con 12.7 millones, y el segundo más numeroso es el de la Ciudad de México, con 7.8 millones de electores registrados con derecho a votar. La importancia de Jalisco en el contexto nacional, debido al número de votos que aporta para la elección presidencial y la integración de la Cámara de Diputados, coloca a la tierra del tequila como un lugar donde los aspirantes presidenciales deben situar especial atención.

En el pasado reciente, Felipe Calderón y Enrique Peña iniciaron sus aspiraciones en Jalisco. Esta semana, el que fue hasta hace unos días responsable de la política interna del país, hoy aspirante presidencial, Adán Augusto López, inició su proselitismo (aunque no lo admiten como tal) en Jalisco. Claudia Sheinbaum inició sus giras en Veracruz y Oaxaca. Mientras que Marcelo Ebrard comenzó en la Ciudad de México, con una charla en una escuela. Ricardo Monreal, también emprendió en la Ciudad de México, con eso que denominan una ‘asamblea informativa’.

El lugar donde un candidato decide iniciar su campaña no es simplemente una coincidencia. El sitio elegido para arrancar puede transmitir mensajes simbólicos, y establece una modulación para toda la ruta que lleva la competencia política. El lugar de inicio de una campaña es, también, una oportunidad para establecer una conexión simbólica con votantes de características específicas. Por ejemplo, después de un periodo de gran polarización política, los aspirantes pueden optar por un lugar icónico, que simbolice pluralidad y debate, buscando transmitir un mensaje de diálogo y apertura. El lugar en que se inicia una aspiración presidencial, también indica los temas que serán prioritarios durante el desarrollo de una campaña. Si bien, el lugar de inicio no garantiza el éxito, sí puede ayudar a sentar las bases para una campaña efectiva y resonante.

Jalisco no es un estado que pueda ser ignorado por el partido del presidente, como tampoco por otro partido o coalición que aspire realmente estar en condiciones de competir y ganar la presidencia de la República. En Jalisco, hasta el día de hoy, las encuestas publicadas y otras que no se publican, colocan a Movimiento Ciudadano y a Morena, como los partidos punteros, con mucha distancia de los demás, para competir y ganar los principales cargos que estarán en disputa durante el proceso electoral del 2024. Ese proceso que formalmente no arranca aún (según las normas), pero que en los hechos se adelantó por impulso presidencial.

El caso es que, en nuestra entidad, Morena registra una identificación importante en las encuestas y sondeos, pero parece carecer, hasta ahora, de candidatas o candidatos con suficiente reconocimiento entre los electores. Además, el presidente López Obrador, principal activo de Morena, marca una distancia notable en aceptación, respecto de la que logra el gobernador de Jalisco. No hay que perder de vista el efecto que pudieran tener los padrones de beneficiarios de programas sociales federales, que de una forma u otra los acercan al partido del presidente. No obstante, Morena carece en Jalisco de una estructura de promoción, defensa y movilización del voto eficiente, como se ha demostrado en los procesos inmediatos anteriores. Acusa una muy escasa cohesión y militancia política, y sus perfiles y liderazgos más visibles sostienen, aún, un muy bajo nivel de posicionamiento de cara a una elección.

El gobierno de Movimiento Ciudadano se localiza muy debajo del gobierno federal en aceptación. Pero el alfarismo ha construido en Jalisco una red de movilización, clientelar y corporativa, muy competitiva. Fueron capaces de ganar las elecciones intermedias para legisladores locales, y sostienen perfiles electoralmente rentables para competir los cargos locales en disputa. Cargan, eso sí, con más negativos que el gobierno federal; pero tienen una mejor maquinaria electoral, con más cohesión que la de Morena. Justo ahí residen las ventajas y desventajas que se pueden matizar o acentuar y, con ello, acrecentar o disminuir la competitividad electoral en Jalisco.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/que-tan-importante-es-jalisco-en-la-eleccion-del-2024