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Ayer, El Informador publicó que “Las inundaciones son el mayor riesgo en Guadalajara”. Destaca que en “la capital de Jalisco convergen dos sistemas atmosféricos que producen precipitaciones de hasta 80 milímetros en menos de 24 horas”. “Existe un patrón torrencial y de alta recurrencia que responde a las condiciones de convergencia de dos sistemas atmosféricos bien definidos: una masa de aire seco y cálido, que se canaliza a través de los cañones de los ríos Juchipila y Tlaltenango, y una masa de aire húmedo, que proviene del sur”.
La temporada de lluvias ocasiona inundaciones que han afectado a miles de residentes, causado daños materiales significativos y, en algunos casos, cobrado vidas humanas. Las inundaciones en Guadalajara son el resultado de una combinación de factores, incluyendo el crecimiento urbano descontrolado, la falta de infraestructura adecuada de drenaje pluvial, la deforestación masiva de áreas verdes, -también- el cambio climático y la falta de limpieza de las alcantarillas y bocas de tormenta.
El crecimiento urbano acelerado ha llevado a la construcción masiva de viviendas, sin mayores estudios de impacto ambiental. Calles y centros comerciales, lo que ha provocado la impermeabilización del suelo. Esto impide la absorción natural del agua de lluvia, lo que a su vez aumenta cada vez más el riesgo de inundaciones.
El sistema de drenaje de la ciudad no ha sido suficientemente ampliado o mejorado. Especialmente, la falta de mantenimiento adecuado de los canales y alcantarillas existentes contribuye a la obstrucción y al colapso. También, se ha advertido que ‘el escurrimiento se aumenta por sobre la infiltración, a causa de la impermeabilización urbana’, originada por la corrupción de autoridades que lucran con el territorio, para trasgredir los decretados usos de suelo, y se las arreglan para pasar por alto Planes Parciales de Desarrollo, leyes ambientales y zonas de fragilidad ambiental.
La planificación adecuada puede reducir el impacto de las inundaciones al permitir la absorción de agua de lluvia por parte del suelo. Especialmente importante resulta implementar sistemas de monitoreo y alerta temprana para detectar condiciones climáticas adversas y emitir advertencias oportunas a la población.
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