El voto ‘parejo’ es conocido por su simplicidad. Al marcar la casilla de un solo partido en todas las boletas, se entienda o no, se promueve una mayoría que puede facilitar la implementación de políticas y una toma de decisiones más ágil. Esta opción resulta ser atractiva para aquellos que buscan un gobierno unificado y fuerte, donde las fricciones internas sean mínimas y la dirección política resulte mayoritaria, clara y ágil. Además, con un solo partido haciendo mayoría, la responsabilidad es clara. Los ciudadanos saben exactamente a quién atribuir los éxitos o fracasos gubernamentales, lo que facilita la rendición de cuentas y la evaluación del desempeño en el gobierno.

Con un solo partido haciendo mayoría en dos poderes (ejecutivo y legislativo) e instancias de gobierno (federal, estatal, y municipal), es más probable que se alcancen consensos expeditos y efectivos en la implementación de políticas que requieren la participación o colaboración entre poderes o ámbitos del gobierno. Un gobierno con mayor capacidad de gobernar, capaz de responder con rapidez a las necesidades. El voto ‘parejo’ es significativamente más sencillo. No se requiere un análisis exhaustivo de cada candidato individual, lo cual es muy cómodo para votantes que no se dan el tiempo para investigar cada opción.

Ahora bien, al votar todo ‘parejo’, obvio, se favorece a ¡un solo partido! El voto ‘parejo’ forma mayorías y reduce la oposición, con ello, la diversidad de opiniones y enfoques dentro del gobierno. Esto significa un tipo de gobernabilidad menos inclusiva y representativa de la pluralidad social del país. Un partido mayoritariamente dominante en varias instancias de gobierno acumula un poder grande e incrementa el riesgo de abuso y la endeble fiscalización. Recordemos que sin una oposición fuerte, la vigilancia y el equilibrio de poder se debilitan. Al votar en bloque (‘parejo’), los ciudadanos dejan de evaluar acuciosamente a cada candidato (a). Tal vez, con ello, eligiendo representantes menos competentes, simplemente por su afiliación partidista.

Caso contrario, el ‘voto cruzado’ o ‘diferenciado’ es una estrategia de elección que promueve la pluralidad política y el equilibrio de poder. Los electores que prefieren esta forma de votación optan por candidatos de diferentes partidos, para distintos cargos, lo cual puede conducir a un gobierno más plural y representativo; pero también al conflicto entre poderes o la parálisis gubernamental, debido a la ausencia de acuerdos o formación de mayorías.

Evitar que un solo partido controle todos las instancias o poderes del gobierno, crea un sistema de “frenos y equilibrios” (checks and balances) . Este contrapeso resultaútil para prevenir abusos de poder, fortalecer la fiscalización y garantizar que las decisiones se construyanprevia deliberación cuidadosa y equilibrada entre mayorías y minorías. Además, los votantes que practican el voto ‘cruzado’ tienden a analizar a cada candidato de manera independiente, lo cual conducea un voto más razonado sobre el perfil de los gobernantes, para cada cargo específico.

Pareciera entonces que encontramos lamejor opción. Sin embargo, es verdad que la presencia de múltiples partidos en diferentes poderes e instancias del gobierno, dificulta la formación de consensos y la adopción oportuna de las decisiones. Esto ralentiza el gobierno y, cierto, también complica la implementación de políticas, con lo que se afecta la eficiencia gubernamental. Para ejercer el ‘voto cruzado’, se requiere que los ciudadanos estén bien informados sobre todos los candidatos (tas) y sus propuestas, lo cual es, de suyo, una tarea compleja y demandante. También es cierto que con varios partidos en el poder, identificar responsables directos de las yerros o éxitos en la gestión gubernamental se torna más difícil.

La decisión entre voto ‘parejo’ y voto ‘cruzado’ no es simplemente una cuestión técnica ni genérica, sino un juicio eminentemente individual, que refleja prioridades y expectativas de cada elector. Ambas formas de votación tienen su razón de ser y responden a circunstancias muy particulares de cada persona. En todo caso, lo importante es que el votante sea consciente de las implicaciones de su elección, y resuelva en consecuencia. 
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