Una de las ventajas que representa vivir en un conglomerado urbano (la ciudad), es que se tiene acceso a satisfacciones humanas y a los servicios públicos, entendiendo por éestos últimos, entre otros, los servicios de seguridad pública, salud, suministro eléctrico, alumbrado público, recolección y procesamiento de los residuos y, definitivamente, a los servicios indispensables de agua potable y alcantarillado. El servicio de agua potable, además de ser para el ciudadano un derecho humano, en México está a cargo de los municipios, de acuerdo al artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. En el ámbito territorial que corresponde a la conurbación de la capital de Jalisco, la obligación ha sido cedida para la responsabilidad operativa, jurídica y administrativa, al Sistema Intermunicipal de los Servicios de Agua Potable y Alcantarillado (Siapa), organismo que se mantiene en la polémica, porque en algunas colonias entrega agua que no es apta, ya no decimos para el consumo humano (pues nunca lo ha sido), ¡para el uso diario!

El agua turbia y contaminada que suministra el Siapa, es uno de los indicadores clave que genera fundada preocupación para los ciudadanos. Debería -también- preocupar y ocupar a las autoridades, sobre todo las sanitarias del orden municipal, estatal y federal. Un agua turbia, sin la necesidad de que las personas seamos especialistas en la materia, sugiere la presencia de contaminación microbiológica, física y química. Un agua turbia es indicativa de que se corre alto riesgo para la salud; incluso, respecto de la misma Norma Oficial Mexicana NOM-127-SSA1-2021, Agua para uso y consumo humano. Límites permisibles de la calidad del agua. Dicha NOM refiere que el agua para uso y consumo humano, proporcionada (y cobrada) por los sistemas de abastecimiento, en este caso el Siapa, debe cumplir, obligatoriamente, con las siguientes especificaciones: el agua potable no debe tener más de 4 Unidades Nefelométricas de Turbidez, UNT (A partir del 3 de mayo del próximo año el máximo permitido en la NOM será de 3 unidades, es decir se ha más estricta). Si bien esta es una medición muy técnica, la escala de una muestra analizada va del cero a los 1,000 puntos, y una muestra muy contaminada (lodosa) puede llegar a representar valores de hasta 100,000. La turbiedad máxima permisible, para situarlo en perspectiva, es el equivalente a añadir tres cucharadas de azúcar en un vaso de agua, para que el agua esté fuera de las especificaciones que señala la propia Norma Oficial Mexicana aquí citada, misma que NO está cumpliendo el Siapa y que es indicativo de que el agua no se está potabilizando de manera mínima adecuada, o de que la red de distribución de agua potable requiere que se apliquen fuertes inversiones en su renovación a la brevedad, para poder cumplir.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara, los usuarios del Siapa (que al mismo tiempo somos clientes que pagamos por un servicio a un proveedor y ciudadanos usuarios de un servicio público al que tenemos derecho por ley) prácticamente andamos a ciegas respecto de la calidad del producto que se nos entrega, para nuestro uso, el cual solo podemos evaluar visualmente cuando abrimos el grifo, y eso cuando se dispone de agua: o sale o no con la claridad esperada.

De acuerdo con el estudio “Puntos de monitoreo de calidad del agua suministrada y sus resultados. Acumulado Enero-Marzo 2023” (último disponible en internet, y que no permite analizar los meses de abril a lo que llevamos de julio de este año), que analiza resultados de calidad del agua en tomas domiciliarias, en este periodo se le dispararon al SIAPA los parámetros solo en ocho ocasiones (con valores que llegaron hasta las 11.2 UNT en la colonia del Fresno, en Guadalajara; 10.4 UNT en Colinas de Tonalá, 9.49 en Jardines de la Paz, en Tlaquepaque, y 6.72 UNT en la colonia Alcalde Barranquitas). Sin embargo, este estudio no mide toda la red de clientes que se han afectado por el agua turbia que llega a sus domicilios. Aunque sí analiza a detalle y deja clara la envergadura del problema, a la cual el Siapa ha sido reiterada, ente omiso, ofreciendo como paliativo un 50 por ciento de descuento en el pago que tienen que hacer los usuarios afectados de 54 colonias (23 de Guadalajara, 28 de Zapopan, 2 de Tlaquepaque y una de Tonalá) por entregarles una agua turbia, contaminada, por la que incluso deberían ser indemnizados por los problemas de salud que causa.

El Siapa es hoy en día un organismo que resulta altamente eficiente para el cobro (eso sí) de un servicio que no todos reciben en la Zona Metropolitana de Guadalajara, que practica cobros indebidosal exigir pagos por baños o llaves que no se tienen en casa o por un servicio que no se recibe, porque la propiedad de los usuarios está ubicada donde ni siquiera existen de redes de agua. Incluso, que cobra adeudos en condiciones excesivas, a quienes no tienen la capacidad socioeconómica para pagarlos, aún cuando no cumple con entregar el servicio los 365 días del año. Pero, lo más delicado, que aplica descuentos a la población que ¡enferma! al entregarle agua contaminada, sucia y turbia, misma que es prueba plena de su responsabilidad e ineficiencia.

https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/las-aguas-y-practicas-turbias-del-siapa