Sumario: Que Marcelo rompa con el presidente se ve poco probable
Ayer, en Acapulco, excanciller Marcelo Ebrard dijo que “Mañana, mañana, mañana… no voy a hablar ahorita, mañana” … Esta semana deberá resolver sobre su futuro. Debido a las declaraciones del presidente López Obrador, ya se especula sobre un ‘pacto’ para que Ebrard sea candidato de otra fuerza política (MC), en acuerdo también con Dante Delgado. Pero una tentativa salida de Morena no contaría necesariamente con todos los activos que dispuso durante este proceso interno. Algunos de sus más importantes aliados ya han dicho que no se van de Morena.
Por ejemplo, la senadora morenista, Malú Micher, cercana colaboradora de Marcelo Ebrard, calificó como “una estupidez” las especulaciones sobre que el excanciller migrará a Movimiento Ciudadano para ser candidato presidencial: “Nosotros no tenemos otra obligación más que cuestionar el proceso, solicitar que se limpie, que se reponga, pero eso no quiere decir que tenemos que salir, es como cuando estás en una familia, y ves que las cosas no van bien, las corriges, pero no rompes con la familia. Esa es la familia que tenemos y con la que hemos caminado”. López Obrador es un presidente fuerte, y las posibilidades de que su candidata gane la presidencia son altas.
Que Marcelo rompa con el presidente se ve poco probable, si la política tiene sentido para él. Que pueda ser parte de una estrategia para dividir el voto de la oposición, en acuerdo con el presidente y el líder de Movimiento Ciudadano, resulta una hipótesis más elaborada. Lo cierto es que, a pesar de la falta de empatía del presidente con su idea de ser el sucesor, Ebrard tiene pocos incentivos para tirar por la borda una relación política que la ha concedido grandes activos.
Marcelo Ebrard es importante para el presidente López Obrador debido a su colaboración de larga data. Su influencia y contribuciones han sido fundamentales para el gobierno de AMLO. Ha demostrado ser hábil en la construcción de alianzas políticas y en el manejo de coaliciones. Su capacidad para negociar y trabajar con otros actores políticos ha sido valiosa para el gobierno del presidente, especialmente en el Congreso, donde probablemente tendrá su siguiente encomienda; ya sea desde el partido del presidente (Morena), o desde una oposición pactada.