El Instituto Nacional Electoral (INE) aprobó que las precampañas iniciarán hasta el 20 de noviembre, y terminarán el 18 de enero. El INE tuvo que modificar la fecha de arranque de las precampañas para el proceso electoral federal del 2024, tras la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF). Las precampañas básicamente son el proceso previo a las elecciones que permite a los partidos seleccionar a sus candidatos. Precisamente se regularon para asegurar un proceso electoral más justo, transparente y equitativo.
La regulación de las precampañas se encuentra establecida en la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales (LGIPE) y las leyes electorales estatales. Estos instrumentos legales y normativos fijan plazos específicos para la realización de precampañas, limitaciones en los gastos de campaña, restricciones sobre la promoción de los precandidatos en los medios de comunicación, y requisitos de informe y transparencia en relación con las actividades de las precampañas. Pero acaso, ¿no es evidente que esto ya inició?
Se supone que, antes de que estuviesen reguladas, los partidos políticos utilizaban las precampañas como una forma de promocionar a sus candidatos antes de que oficialmente fueran nominados (registrados oficialmente ante la autoridad electoral), lo que daba lugar a competencias desiguales, inequitativas y prácticas indebidas. Al regular las precampañas, se buscó nivelar la competencia electoral y garantizar que todos los partidos posean igualdad de oportunidades para presentar a sus candidatos y propuestas ante el electorado, cara la obtención del sufragio.
No obstante, hemos observado diferentes acciones que promocionan a un candidata o candidato antes del período oficial de precampaña electoral.
La simulación, que en realidad se trata de actos anticipados de campaña, promueve de manera encubierta a un aspirante o partido político, como ha sucedido durante todo este accidentado proceso. Esta simulación es dañina porque provoca desigualdades en la competencia electoral y socava los principios de equidad y transparencia al obtener ventajas indebidas sobre sus oponentes, lo que distorsiona el proceso electoral. Un retroceso respecto de lo que ya se había avanzado.