Debido al modus operandi de estas asociaciones corruptas entre empresarios y funcionarios públicos, podemos afirmar que la constitución de un “fideicomiso” en asociación de proyectos público-privados, sólo significa un negocio al más puro ‘estilo Jalisco’ [Villas Panamericanas, Iconia, Chalacatepec, Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala, etcétera], en donde pierde la sociedad, con el despojo de recursos y bienes públicos, para que ganen “arriesgados empresarios”.

Pero como el ‘estilo Jalisco’ es usar terrenos o dinero ajeno, para que alguien pague los costos de la inversión y los ‘empresarios’ solo se embolsen la ganancia, el socio ideal es el indefenso dinero de Pensiones de Jalisco (IPEJAL). Si el negocio se logra, ganan los vivales de la complicidad. Si el negocio fracasa, se pierde ¡solo el dinero que aportan los trabajadores al servicio del estado de Jalisco! Mientras tanto, el sindicalismo charro guarda silencio cómplice ante el despojo flagrante de que es objeto el dinero inseguro de los pensionados y jubilados.

Recordemos que se dispuso de 89 millones de dólares en el fraudulento proyecto de Chalacatepec, del que no hay mayor avance, y sí constituye un daño al patrimonio del fondo de pensiones y jubilaciones. Todo esto ocurrió producto de una pésima decisión plagada de corrupción, en donde el IPEJAL destinó 89 millones de dólares para la deliberada compra a sobreprecio de un predio de mil 200 hectáreas [pagando 13 dólares por metro cuadrado, cuando costó sólo 1.6 dólares]. No obstante, en el nuevo proyecto inmobiliario resultante de la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), se construirá sólo sobre 164 hectáreas, eliminando –entre otras cosas– el campo de golf proyectado. Es decir, de las mil 200 hectáreas compradas, sólo podrán explotarse 164, esto es, el 13.7 por ciento de todo el predio adquirido a sobre precio.

Peor aún, a pesar de que IPEJAL aportó el 48.5 por ciento de los recursos para “el nuevo Cancún” [89 mdd del IPEJAL y 94 mdd de Rasaland], hoy día IPEJAL conserva sólo el 24 por ciento de las acciones.

Las supuestas utilidades contempladas para IPEJAL se están reduciendo convenientemente a nada, pues al final quienes pierden son los trabajadores al servicio del estado, a los cuales despojaron de sus aportaciones para la pensión y jubilación, y las comprometieron ilegalmente en este negocio para beneficio de particulares.

El nuevo proyecto para Chalacatepec prevé un modelo de desarrollo ¡a 99 años! Resulta oportuno preguntarse ¿Hasta cuándo regresarán los 89 millones de dólares invertidos con dinero de los trabajadores y sus respectivas ganancias? Lo anterior porque: 1) aún no inician la construcción del proyecto hecho desde 2009 y no tiene para cuándo; 2) se redujo a 13.7 por ciento el número de hectáreas a explotar; y 3) cada vez se suman nuevos inversionistas al proyecto para poder arrancarlo: inició con IPEJAL y Rasaland, y desde septiembre de 2013 se unieron el FONADIN y los grupos Goldman Sachs y Texas Pacific Group. De acuerdo al nuevo proyecto de Chalacatepec, armonizado con la MIA, se construirán un total de cuatro mil 650 habitaciones en seis fases quinquenales, es decir, en ¡30 años! Mientras tanto, pierde el IPEJAL y se enriquecen los entusiastas promotores de los negocios ‘al estilo Jalisco’.

Mi columna también la puedes leer aquí, en Milenio.