Más allá del análisis político estrictamente cuantitativo —población gobernada, p. ej.— y de lo que implicará para Movimiento Ciudadano (MC) hacerse de la gubernatura de Nuevo León, habría que considerar el peso económico que conllevará gobernar a esta entidad federativa. Sobre todo, de cara a las elecciones presidenciales de 2024.
Nuevo León y Jalisco —gobernadas por MC— destacan, respectivamente, como el tercer y cuarto lugar entre las entidades que más aportan al PIB nacional (el 8 por ciento y 7.1 por ciento). Empero, Jalisco que es la entidad que más aporta al PIB nacional desde el sector primario (13.3 por ciento) —razón por la que es el ‘gigante agroalimentario’ de México—. Por su parte, Nuevo León, es la entidad con el sector secundario y/o industrial más robusto del país, participa con el 9.8 por ciento del PIB nacional.
También, en el estado neoleonés se encuentran grandes hombres de negocios, de gran poder e incidencia en el país, como lo son los descendientes de Garza Sada [fundadores de Cervecería Cuauhtémoc y Tec de Monterrey, p. ej.], Carlos Bremer [director de Grupo Financiero Value], Ricardo Saldívar Escajadillo [presidente de The Home Depot], Enrique Gómez-Junco Blanq-Cazaux [fundador de Óptima Energía] y Tomás Milmo Santos [copresidente de Axtel]. Jalisco no es la excepción, en nuestra entidad también se encuentran ‘pesos pesados’ del capital en México: el sexto hombre más rico del país, Juan Francisco Beckmann Vidal, dueño del corporativo Casa Cuervo, es oriundo de nuestra entidad. Lo mismo que los Arroyo Chávez, propietarios de Farmacias Guadalajara, que también Forbes (2021) los ubica como uno de los más ricos del país. Y Vergara, dueño del Grupo Omnilife.
En futbol, se dice que “portero sin suerte, no es portero”. Algo parecido podría decirse en política: “político, sin circunstancia favorable (fortuna la llamaría Maquiavelo), no es político”.
Esto es importante porque al partido del gobernador de Jalisco, MC, parecen habérsele alineado dos de los más importantes astros del poder económico nacional —un factor real de poder—. Resulta evidente que Enrique Alfaro es un hombre que habla el idioma de los empresarios y que ‘conecta’ discursivamente con las clases medias y altas. Vamos, los dos municipios más importantes de Jalisco, serán gobernados por el ‘Grupo Coparmex’. Y hoy se le ‘acomoda’ la interlocución con el estado más industrializado de México, Nuevo León. Los triunfos nacionales de MC, si bien son pequeños, son también importantes: MC, a nivel federal fue el único partido que creció en número de votos entre 2018 y 2021. Así empezó precisamente otro partido de reciente creación: Morena. La apuesta es clara, si Alfaro no está en la boleta de la elección de 2024, él intentará ser ‘fiel de la balanza’.
Empero, la estrategia política más importante que habrá de ‘tejer fino’ Alfaro, de cara a 2024, será el convertirse en un candidato rentable electoralmente para los grandes hombres de negocios con los que ha construido una fuerte relación (y están molestos con la 4T) y para el ‘bloque opositor’, buscando sobre todo alianza con el PAN, un partido muy afín al Gobernador, en Jalisco. Finalmente, tendrá que pasar de ser una oposición política entre gobernadores, a ser una opción política… para el electorado.
Mi columna también la puedes ver aquí, en Milenio.