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En la obra “In Defense of Attack Ads in Presidential Campaigns”, John G. Geer ofrece una visión refrescante y profundamente razonada sobre la función y el impacto del ‘contraste’ en las campañas electorales. A través de un meticuloso estudio, Geer desmonta la noción preexistente de que las participaciones con críticas a los oponentes son meramente destructivas y nocivas para la democracia.

El “contraste” es la práctica utilizada por los candidatos para destacar las diferencias entre sus políticas, valores o capacidades, respecto de las de sus antagonistas. Se trata de criticar o cuestionar las políticas de un competidor y, al mismo tiempo, presentar sus propias propuestas como alternativas. En lugar de limitarse a la autopromoción, y los lugares comunes en las propuestas, los argumentos de ‘contraste’ tienden a centrarse en ¡diferencias políticas sustanciales! Aspectos esenciales para razonar el voto.

El contraste parece “negativo”, pero suele ser más efectivo para dejar en relieve los temas relevantes de la política. Esto contradice la visión común de que el contraste solo difunde ataques personales e insustanciales. Estos mensajes son más efectivos para enriquecer el debate público, al resaltar discrepancias significativas entre quienes compiten por los cargos del gobierno, que podrían pasarse por alto en campañas exclusivamente de propuestas, en las que todos coinciden.

El contraste ayuda a asegurar que las políticas y los antecedentes de los candidatos sean examinados crítica y públicamente, permitiendo a los votantes formarse una visión más completa y razonada de sus opciones electorales; lo que es vital para una sociedad democrática saludable. En lugar de desencadenar apatía o desinterés, el contraste -durante los debates- invita a una reflexión más profunda de los electores, más allá de los lugares comunes que coinciden en atender todos los candidatos.

Si se quiere que las campañas aborden los problemas reales y relevantes, debe reconocerse el potencial positivo de los ‘contrastes’ entre candidatos durante el debate electoral. En lugar de condenarlos por criticar a sus oponentes, deberíamos considerar cómo puede servir el contraste para razonar el voto y fortalecer las instituciones democráticas.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/ataques-justificados-la-arista-positiva-del-contraste