El intento de asesinato del ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en un mitin en Butler, Pensilvania, es un trágico recordatorio de la mezcla letal de tres factores en Estados Unidos: las leyes favorables a las armas, los fallos de seguridad y la profunda polarización política que, entre otras fuentes, ha sido provocada por Trump.

Es una añeja discusión que en Estados Unidos están las leyes de control de armas más permisivas del mundo desarrollado. En Pensilvania, entidad donde ocurrió el atentado, estas leyes permiten la compra de rifles semiautomáticos a cualquier persona mayor de 18 años sin necesidad de un chequeo de antecedentes exhaustivo. Thomas Matthew Crooks, el atacante, utilizó un AR-15, un arma semiautomática que su padre compró legalmente. Este tipo de arma ha sido protagonista en numerosos tiroteos masivos en el país, y su fácil acceso plantea las contradicciones respecto de la capacidad de regular eficazmente la posesión de armas de fuego en Estados Unidos.

A pesar de los estrictos protocolos de seguridad en los eventos de Trump, Crooks logró posicionarse en una estructura elevada fuera del área acordonada, y disparar contra el ex presidente. La rapidez y efectividad de la respuesta del Servicio Secreto y la policía local han sido cuestionadas, evidenciando posibles fallos en la coordinación y vigilancia. Estos fallos no solo sitúan en riesgo la seguridad de los políticos en plena competencia electoral, sino también la de los ciudadanos que asisten a estos eventos.

Además, la polarización política en EU alcanzó niveles sin precedentes, exacerbada por discursos incendiarios y una retórica divisiva. Este ambiente de confrontación constante alimenta la radicalización y la violencia, convirtiendo el espectro político en un campo de batalla. Trump, conocido por su retórica polarizadora, ha sido tanto un catalizador, como una víctima de este fenómeno. La tensión entre los partidos y sus seguidores crea un caldo de cultivo perfecto para actos de violencia política. El atentado contra Donald Trump es una señal de que se deben adoptar medidas urgentes para matizar estos tres factores interrelacionados. La respuesta a estos desafíos determinará la capacidad para mantener la estabilidad y la paz en el país vecino. 
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