Durante el periodo como presidenta del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai), Blanca Lilia Ibarra Cadena vivió una de los periodos más complejos para el Organismo Constitucionalmente Autónomo. Lideró el Inai en un contexto desafiante marcado por la emergencia sanitaria global y las tensiones con los poderes constituidos. A pesar de las dificultades, priorizó una gestión basada en la pluralidad, la colegialidad y los consensos.

Bajo su presidencia, el Inai se mantuvo firme en la defensa de los derechos humanos de acceso a la información y protección de datos personales. Un ejemplo notable del Inai fue las diversas ocasiones en que recurrió con éxito ante la Suprema Corte para resolver casos sumamente delicados. Durante su gestión, el Inai ordenó la apertura de información en casos de relevancia nacional, como Ayotzinapa, el caso Colosio, y el caso Odebrecht, entre otros. Esto dejó testimonio del compromiso del Instituto con la transparencia y el cumplimiento de las obligaciones constitucionales en materia de acceso a la información.

Enfatizó la importancia del Inai como un órgano autónomo del Estado mexicano comprometido con la sociedad y la democracia. Buscó el papel esencial del Inai en el sistema de frenos y contrapesos, funcionando como un mecanismo de control ciudadano para la rendición de cuentas y la toma de decisiones informadas. A pesar de los desafíos, Blanca Lilia Ibarra destacó la importancia de construir consensos y trabajar en equipo. Durante su presidencia, se lograron múltiples decisiones unánimes que reflejaron un esfuerzo colectivo en beneficio de la independencia y la autonomía del Inai.

Demostró cierta habilidad para conciliar diferentes grupos de interés, incluso en situaciones de divergencia de opiniones. En general, fue una presidenta mediadora, con capacidad para escuchar y encontrar puntos en común entre las partes. Esto incluye ser receptivo al feedback, a las críticas y mantenerse dispuesta a corregir, también, debido a las legítimas preocupaciones del entorno social.

Condujo una presidencia institucional sobria, resistió los embates, aunque no siempre logró modificar de fondo los problemas que aún magullan la vida institucional del Inai. 

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