Uno de los datos más alarmantes es la diferencia en la percepción de inseguridad entre hombres y mujeres, que denota que la delincuencia las golpea más a ellas

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) publicó los resultados de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU), correspondiente al segundo trimestre de 2024. Este estudio revela una realidad alarmante: el 59.4% de los mexicanos, mayores de 18 años, considera ¡inseguro vivir en su ciudad! Si bien este porcentaje es ligeramente menor que en trimestres anteriores, significa, en sí mismo, una cifra que refleja una profunda crisis de seguridad pública.

Uno de los datos más alarmantes es la diferencia en la percepción de inseguridad entre hombres y mujeres, que denota que la delincuencia golpea mucho más a las mujeres. El 65.1% de las mujeres siente que su ciudad es insegura, en comparación con el 52.4% de los hombres. Esta brecha de género sugiere que las mujeres experimentan una realidad de seguridad pública mucho más precaria, debido a una mayor vulnerabilidad a ciertos tipos de delitos como el acoso, la violencia de género y el feminicidio. Es fundamental que las políticas públicas de los gobiernos, en materia de seguridad, consideren estas diferencias para implementar medidas de protección más eficaces para las mujeres.

El reporte destaca, además, que las ciudades con mayores niveles de percepción de inseguridad son Fresnillo (94.7%), Naucalpan de Juárez (89.2%), y Uruapan (86.8%). A su vez, las tres ciudades en Jalisco con mayor percepción de inseguridad son: Guadalajara (75.2%), Tlaquepaque (68.9%) y Tlajomulco (67.1%). Estos altos porcentajes no son casos aislados, sino parte de una tendencia persistente en zonas urbanas que han sido históricamente afectadas por la violencia y el crimen. La repetición de estas ciudades en el ranking de inseguridad, año tras año, indica que las políticas actuales no están logrando mejorar significativamente la seguridad.

Los espacios públicos como cajeros automáticos, el transporte público y las carreteras, también son percibidos como inseguros por una gran parte de la población. Es preocupante que un 67.9% de las personas se sienta insegura en los cajeros automáticos de la vía pública, y un 62.7% en ¡el transporte público! Estos datos revelan que la inseguridad no se limita a áreas específicas, sino que se ha infiltrado en la vida cotidiana, afectando la libertad de movimiento y la calidad de vida de los ciudadanos.

Un 32.4% de la población cree que la situación de inseguridad no mejorará en los próximos 12 meses, y un 18.1% incluso prevé que, incluso, empeorará. Esta percepción pesimista denota un problema de confianza en las autoridades encargadas de la seguridad. Si bien el gobierno ha implementado diversas estrategias para combatir el crimen, la percepción pública sugiere que estas medidas no han sido lo suficientemente eficaces o que la población no está al tanto de ellas.

Otro aspecto revelador del informe, es que el 36.7% de la población ha tenido algún conflicto o enfrentamiento, lo que sugiere una sociedad cada vez más polarizada y en tensión. Además, solo el 31.5% de los encuestados considera que su gobierno local es efectivo para resolver los problemas más importantes, como baches, fallas en el suministro de agua y deficiencias en el alumbrado público. Esto refuerza la percepción de ineficacia y corrupción en las autoridades, lo que agrava aún más el sentimiento de inseguridad.

La ENSU del segundo trimestre de 2024,retrata un panorama poco alentador para México: A) Alta percepción de inseguridad, especialmente entre las mujeres; B) La persistencia de ciudades altamente inseguras; C) La ausencia de confianza en las autoridades.  Así las cosas, los datos de la ENSU no solo son números, son una señal más de alerta por lainacción de todos los niveles de gobierno y la sociedad en su conjunto.

La sombra de la duda se cierne sobre cada esquina de una población sintiéndose insegura en su propio hogar. Como un eco de los miedos más profundos, las ciudades destacan ahora como oscuros bastiones del temor, con cifras impensables que superan el 86% de percepción de inseguridad. Nubes de incertidumbre, convierten a la cotidianidad en un laberinto de temores y tensiones, donde cada calle y cada rincón parecen susurrar peligro. La seguridad es un anhelo tan distante, como una promesa olvidada por los gobiernos. 


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