Imagen/Canal del Congreso
La prohibición del cobro de comisiones por el uso de tarjetas de crédito y débito es un triunfo para todos: consumidores, comerciantes y el sistema financiero
Resulta de la mayor importancia lo aprobado hoy por la Cámara de Diputados (con 446 votos a favor), que prohíbe a los proveedores de bienes y servicios el cobro de ‘comisiones adicionales’ a los consumidores por el uso de tarjetas de crédito y débito. Ya era tiempo de que los legisladores federales marcaran un punto de inflexión en la relación entre comercios, bancos y consumidores, estos últimos que cargaban todo el peso del uso de dinero electrónico (mediante tarjeta de débito), y líneas de crédito otorgadas y usufrutuadas por los bancos. Esta medida legislativa, que será ampliamente celebrada por los consumidores, constituye un resguardo protector de los vapuleados derechos de los consumidores, cara a un sistema de consumo en donde el usuario siempre lleva las de perder.
La reforma al artículo 7 Bis de la Ley Federal de Protección al Consumidor, impulsada por el diputado Brígido Ramiro Moreno Hernández (del PT), establece -de manera categórica- la prohibición de transferir al consumidor la comisión por el servicio de terminal, en un punto de venta. Esta decisión legislativa ha sido respaldada por la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) y la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), instituciones que han intervenido con un papel crucial en la denuncia y sanción de estas prácticas indebidas recurrentes e impunes hasta ahora.
Como lo detalla ampliamente la nota de ‘Infobae’, en un contexto donde el uso de tarjetas de crédito y débito ha experimentado un crecimiento exponencial, gracias al avance de la tecnología y a la seguridad que representan para los usuarios, la práctica de cobrar comisiones adicionales por su uso de terminales ‘punto de venta’, se había convertido en un sobre precio abusivo, cargado solo a los consumidores. Estas comisiones, que podían variar entre el 3% y el 5% del total de la compra, no solo son arbitrarias, sino que también contravenían los acuerdos establecidos entre los comercios y las instituciones bancarias, sin ninguna arbitraje o protección para el cliente.
Además de proteger la economía familiar de los consumidores, esta medida tiene un impacto en la inclusión financiera, el uso del dinero electrónico y el desarrollo del mercado. Al eliminar las comisiones por el uso de tarjetas, se incentiva a optar por este medio de pago, lo que puede traducirse en un aumento de las ventas para los comercios y una mayor circulación de dinero electrónico en la economía formal. Además, se fortalece la percepción de seguridad y confianza en el sistema financiero, aspectos fundamentales para la modernización económica de México.
La implementación de esta reforma requiere de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, las instituciones financieras y los comercios para asegurar su cumplimiento efectivo, que no será tarea sencilla ante el abuso recurrente de los comercios, en busca del efectivo para luego no declarar las ventas. La participación activa de los consumidores, denunciando cualquier intento de cobro de estas comisiones, será igualmente decisiva para hacer avanzar la medida. La Condusef y la Profeco, afortunadamente, han dejado a disposición canales de comunicación para que los usuarios puedan reportar infracciones, subrayando la importancia de la vigilancia ciudadana en la construcción de una relación justa y legal en el consumo. De acuerdo con Mural, “las sanciones que se aplicarán podrán variar de los 701.15 pesos a los 2 millones 243 mil 671 pesos”.
Este avance legislativo resultaba impostergable y representará miles de millones en ahorros agregados para las familias mexicanas, que al usar tarjetas de débito o crédito absorbían un sobreprecio en consumos, vía las comisiones. La medida significa, en esencia, una protección de los derechos del consumidor y envía un mensaje necesario a la comunidad empresarial, respecto de la necesidad de adoptar prácticas comerciales éticas y responsables.
En última instancia, la prohibición del cobro de comisiones por el uso de tarjetas de crédito y débito es un triunfo para todos: consumidores, comerciantes y el sistema financiero en su conjunto, al promover un entorno de transacciones más moderno, ágil, fiscalizable, equitativo y eficiente.