El blanco de esta cacería es Javier Corral Jurado, un político que, a lo largo de su carrera política, ha destacado por su denuncia pública contra la corrupción

El blanco de esta cacería es Javier Corral Jurado, un político que, a lo largo de su carrera política, ha destacado por su denuncia pública contra la corrupción. Desde sus años como Senador, hasta su mandato como gobernador de Chihuahua, Corral ha demostrado un compromiso por denunciar la corrupción, enfrentándose a poderosos enemigos y desafiando los esquemas de complicidad que han arraigado, profundamente, en el sistema político local de esa entidad.

Bajo su administración, Corral reveló uno de los escándalos de corrupción más grandes en la historia reciente de México: la ‘Operación Safiro’. Esta operación expuso un esquema de desvío de recursos públicos para financiar campañas electorales del PRI en diferentes estados del país, incluyendo Chihuahua. El arrojo de Corral para enfrentarse a figuras tan influyentes como César Duarte y sus aliados dentro del PRI, le valió no solo la admiración de muchos, sino también el odio y la venganza jurada de aquellos a quienes dejó al descubierto.

Sin embargo, el panorama actual en Chihuahua es preocupante. En lugar de continuar con la labor de limpieza y transparencia iniciada, el gobierno de Maru Campos ha optado por una estrategia de persecución política sin precedentes. Desde el cierre de la librería de Corral en enero de 2023, hasta los recientes intentos fallidos de captura en la Ciudad de México, es evidente que la administración de Campos está más interesada en silenciar a sus detractores, que en combatir la verdadera delincuencia que asola al estado.

Resulta paradójico que, mientras los verdaderos criminales y corruptos gozan de impunidad, el gobierno de Chihuahua desvíe recursos y energías para intentar encarcelar a uno de los pocos políticos que ha tenido el valor de enfrentarse al poder y denunciar la corrupción desde adentro. El reciente proceso administrativo iniciado contra Corral por ‘supuestas irregularidades’ en la declaración de una propiedad, no es más que otro intento de ensuciar la reputación de un hombre cuya trayectoria ha estado marcada por la denuncia contra la corrupción. https://d-1271694511102856863.ampproject.net/2409191841000/frame.html

El caso de Javier Corral es un ejemplo de cómo en Chihuahua se pretende dejar un precedente peligroso: al que se atreva a romper con la cadena de complicidades que caracteriza a la política local, será castigado sin piedad. Este mensaje no solo es alarmante, sino profundamente antidemocrático, en un estado donde la delincuencia organizada sigue creciendo, y donde los verdaderos responsables de la corrupción permanecen en libertad.

La estrategia del gobierno de Chihuahua es una amenaza para cualquier intento futuro de transparencia y rendición de cuentas en la entidad. La venganza política que se está llevando a cabo no es solo contra Corral, sino contra todos aquellos que creen en la posibilidad de romper con la cadena de complicidades que ha caracterizado a Chihuahua.  https://d-1271694511102856863.ampproject.net/2409191841000/frame.html

POR GABRIEL TORRES ESPINOZA
PROFESOR E INVESTIGADOR EN LA UNIVERSIDAD DE GUADALAJARA
@GABRIELTORRESES

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