Fotografía: UDGTV

El 22 de mayo, el Congreso aprobó la iniciativa de decreto por la que se autoriza al Titular del Poder Ejecutivo del Estado “un plan de inversión pública productiva integral para la reactivación económica y fomento del empleo en el estado, durante los ejercicios fiscales 2020 y 2021”. 

El plan para la contratación de deuda pública por seis mil 200 millones de pesos, únicamente detalla asignaciones presupuestales por un monto de tres mil 600 millones de pesos a proyectos específicos en tres rubros [‘infraestructura económica’, ‘infraestructura social’ e ‘infraestructura de reactivación económica’], pero no especifica el destino de los dos mil 600 millones de pesos restantes. Lo paradójico del caso es que la totalidad de estas obras que sí se encuentran especificadas en el decreto para la contratación de deuda pública, mismas que ascienden a un monto total de tres mil 600 millones de pesos, ya se encontraban contempladas en “el gasto originalmente asignado en la ejecución de obras de infraestructura contenidas en el Programa Operativo Anual de Inversión Pública”, las cuales son exactamente las mismas que en su momento fueron eliminadas en la iniciativa de reforma al Presupuesto de Egresos 2020. Es decir, ¡son las obras públicas que el Ejecutivo Estatal CANCELÓ en la iniciativa de reforma del Presupuesto de Egresos 2020 por un monto de tres mil 520 millones de pesos, pero que ‘resucita’ con la contratación de deuda pública! 
 
Así las cosas, ¿cuál “austeridad” en el gasto público 2020, si las reducciones presupuestales por tres mil 520 millones de pesos en el Presupuesto de Egresos 2020, se reactivan con la contratación de deuda pública? Se eliminó obra pública contemplada en el Presupuesto de Egresos 2020, para posteriormente financiar exactamente la misma obra pública cancelada a través de endeudamiento público, lo que le saldrá mucho más caro a los jaliscienses en razón de los intereses derivados de ella. 
 
De forma que es insostenible que esta obra pública aprobada en el Presupuesto de Egresos 2020, pensadas para un contexto social y económico en Jalisco SIN PANDEMIA, resultan ser exactamente las más oportunas para “la contención de la pandemia por el virus del covid-19” (¿cómo, por qué?). Lo que realmente ocurrió, es que aprovecharon la circunstancia del covid-19, para endeudar más a Jalisco con el objetivo de obtener dinero y aplicarlo discrecionalmente, de cara a las elecciones de 2021. Esa es la verdad, esa sí… ‘mezquina’. 
 
Un endeudamiento por la pandemia, debió contemplar una importante inversión en camas de hospital, camas de terapia intensiva, ventiladores y la ampliación o creación de nuevos hospitales. Sin embargo, eso no se propuso. Por el contrario, de los seis mil 200 millones de pesos contratados de deuda pública, únicamente se destinarán 144 millones 400 mil pesos para “infraestructura para prestación de servicios de atención médica”, en diversas municipalidades del estado. Esto es, ¡apenas el 2.32% del monto total del endeudamiento solicitado! Pero esto, a los diputados de Jalisco, no les importa en absoluto. Lo suyo ahora es la práctica antidemocrática de aprobar exactamente lo que les indique el Poder Ejecutivo. 
 
 
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/de-la-disciplina-a-la-sumision-parlamentaria