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El periódico El País informó que Ucrania lanzó un ataque significativo con drones sobre nueve regiones rusas, lo que coincidió con el período previo a las elecciones en este país. Este ataque no solo representa una escalada en las tácticas militares observadas hasta ahora, sino también una ampliación de la ofensiva entre ambos países. Además, Rusia sufrió la pérdida de un avión militar Il-76, que se estrelló poco después de despegar debido a un fallo en un motor; un incidente que resultó en la muerte de todos los ocupantes de la aeronave.

Clarín, cubrió la respuesta de Rusia a estos ataques, señalando que el Kremlin los ha calificado como “actos de terrorismo” por parte de Ucrania. Según este medio, Vladimir Putin expresó su preocupación por los intentos de provocar a Rusia para que ejecute acciones proporcionales contra objetivos civiles ucranianos. Como parte de la represalia, Rusia lanzó ataques sobre Kiev, que dejaron más víctimas humanas y cuantiosos daños materiales.

Otro hecho trágico fue el ataque en Moscú, donde, según Clarín, 133 personas perdieron la vida. Este atentado ha sido atribuido al Estado Islámico, lo que añade complejidad al ya tenso panorama entre Rusia y Ucrania. Putin prometió que todos los responsables serían castigados. Denunciando, además, que Ucrania facilitó el camino para los atacantes. Estos incidentes sugieren un cambio significativo en las estrategias utilizadas en el conflicto ruso-ucraniano, marcando un punto de inflexión hacia modos más agresivos y potencialmente desestabilizadores. La participación de grupos terroristas, el uso de drones en ataques y las acusaciones mutuas de “terrorismo” entre Rusia y Ucrania, expresan la espiral polifacética de violencia en esta guerra.

Estos ataques, ahora atribuidos a ‘grupos terroristas’, señalando al Estado Islámico, sugiere una dimensión más compleja y potencialmente más peligrosa del actual conflicto entre las partes, que no solo involucra ya a los estados nacionales, sino también a actores no nacionales con agendas complejas, mucho más difíciles de combatir. Se atestigua un inédito ciclo de violencia y represalias, que desestabilizará aún más a la región y que amenaza con implicaciones exponenciales para la seguridad global.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/de-los-drones-a-la-tragedia-en-moscu