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Corre mucha tinta sobre las razones por las que la Alianza (‘Va por México’), encabezada por el PRI, perdió las elecciones a gobernadora en el Estado de México. Una entidad regida por el tricolor durante 94 años de forma consecutiva. Lo normal sería que se esperara la alternancia en el ejecutivo estatal en este lugar. Lo difícil de explicar, es que se ansiara que el PRI permaneciera ahí, ¡100 años gobernando! Especialmente, si observamos los siguientes datos socio económicos:

Según datos publicados en el portal de Univisión (https://www.univision.com/noticias/america-latina/elecciones-gubernatura-del-estado-de-mexico), el Estado de México, es la entidad de la República “donde viven más pobres de manera nominal (número de pobres reales) en todo el país: 8.3 millones de personas viven en condiciones de pobreza, el 48.9% de la población”. “De los 15 municipios con más personas pobres de México, cinco son mexiquenses: Ecatepec (2do lugar); Nezahualcóyotl (5to); Toluca (6to); Chimalhuacán (7mo); Naucalpan (11er)”. “En el Estado de México, 1.4 millones de personas se encuentran en pobreza extrema (no tienen para cubrir sus necesidades básicas), el 8.29% de la población”. “Siete municipios de la entidad se encuentran entre los más violentos de México: Toluca, Cuautitlán Izcalli, Ecatepec, Chimalhuacán, Tlalnepantla, Nezahualcóyotl y Atizapán de Zaragoza”.

Una de las primeras reflexiones que se deberían hacer, en democracia, de cara a las paupérrimas condiciones de vida de una mayoría de la población en el Estado de México es, ¿por qué votarían al mismo partido que los ha llevado a semejante contrariedad de pobreza y violencia generalizada? Con estos indicadores de ‘bienestar’, más el tiempo de gobernar ininterrumpidamente (nomás 94 años), más el desgaste acumulado propio de los gobiernos; los absolutamente normal, es que ocurriese la alternancia en el poder ejecutivo.

Además, la propia estadística indicaba que lo que proseguía, en el Estado de México, era el cambio de partido en el gobierno. En 2017, el PRI apenas había logrado superar a Morena con un 2.81%. En esta elección del 2023, la coalición encabezada por Morena superó a la alianza encabezada por el PRI, por un 8.32%. Otro dato a considerar. La votación porcentual del PRI en las elecciones a gobernador fue de 62% en 2011; para el año 2017, bajó a un 30.22%; y, un 28.11% en los comicios celebrados en 2023. Es decir, una caída sostenida en las preferencias electorales que dio lugar a la alternancia.

Se dice que las encuestas fallaron. Nuevamente, se leen los estudios estadísticos de aproximación a la realidad, que son las encuestas, como estudios de prospectiva. Un error absoluto. Las encuestas miden el momento preciso que se levanta el estudio estadístico, más no es un estudio prospectivo, que esté diseñado para predecir estadísticamente un comportamiento ulterior.

De hecho, las encuestas en el Estado de México marcaron, en perspectiva, una ligera tendencia ascendente para la candidata del PRI. Mientras que, también, registraron una tendencia ligera a la baja, para la candidata de Morena. Y efectivamente, eso fue lo que ocurrió. La diferencia se cerró, el día de la elección, respecto de las fechas en que se levantaron y publicaron las últimas encuestas. Por tanto, los estudios estadísticos no necesariamente fallaron, (todos responden a un momento, a una metodología y advierten un margen de error). Lo que es inexacto es la lectura que se hace de las encuestas, al creer que están elaboradas como estudios de prospectiva, sin serlo.

Lo que resulta innegable es, que el binomio López Obrador, más su partido, es una maquinaria electoral fuertemente efectiva. En 2017 no gobernaban ninguna entidad federativa. Seis años después, en 2023, gobiernan en 21 estados y sus socios de coalición, en otros dos: 23 en total. Morena acumula más estados gobernados, que los que sostuvo el PRI, durante todo el sexenio de Enrique Peña Nieto (sólo 14 al final de su mandato). Después de este proceso electoral, Morena gobierna dos terceras partes de la población mexicana, y refrenda haberse convertido en el nuevo partido hegemónico. Mientras que el tiempo avanza, rumbo a la elección federal del 2024, las perspectivas de la oposición, disminuyen. 
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/debio-haber-ganado-el-pri-en-el-edomex