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El pasado sábado, El Informador publicó en portada, que “el autoempleo dispara la compra de motos”. La nota refiere que, según datos del Inegi, durante la última década, los vehículos aumentaron un 22%, mientras que las motocicletas crecieron en un 198%. El crecimiento del número de motocicletas, como herramienta de trabajo y como vehículo de transporte, registra una tendencia que parece estar aquí, para quedarse. El crecimiento del número de motocicletas se debe, en parte, al creciente número de personas que se han visto obligadas a dejar sus trabajos debido a los efectos de la pandemia. Muchos de ellos han encontrado en la motocicleta una oportunidad para emprender su propio negocio. Los factores son múltiples: la motocicleta pasó de ser un vehículo que preponderantemente se usaba para el ocio, a ser una opción viable de transporte, por motivos de trabajo, debido al crecimiento del tráfico en las grandes ciudades. Por eso, justamente, las que más se venden son las de bajo cilindraje.

Además, las motocicletas representan una ventaja competitiva porque son más económicas en el consumo de combustible, y requieren de un nivel más bajo de mantenimiento, en comparación con un automóvil convencional. Incluso, la motocicleta es una herramienta de trabajo útil para los repartidores de comida y para los mensajeros que necesitan llevar paquetes y documentos. Esta práctica se volvió más recurrente, especialmente después de la pandemia, que disparó exponencialmente las compras en línea, mismas que ahora demandan muchas más personas dedicadas a la entrega de estos paquetes. El autoempleo es cada vez más común, especialmente en países en desarrollo donde el desempleo es alto y hay pocas oportunidades de trabajo. En este contexto, la motocicleta se ha convertido en una herramienta valiosa para los emprendedores que buscan iniciar negocios propios, como lo consigna la nota publicada en El Informador.

Sin embargo, es importante advertir los efectos negativos asociados con el aumento del número de motocicletas, tomando medidas concretas y eficaces que auspicien el uso responsable y seguro de las motocicletas, en beneficio tanto de los conductores de estos vehículos, como de la sociedad en general.


https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/el-aumento-de-motos-llego-para-quedarse