Entre 2019 y 2023, la Comisión de Búsqueda de Personas de Jalisco dejó sin ejercer 20.8 millones de pesos, los cuales fueron devueltos a la federación. Se trata de un inexplicable 14% del presupuesto recibido en ese periodo, mientras miles de familias siguen buscando a sus seres queridos sin recursos suficientes.
En 2023, Jalisco recortó de manera drástica su presupuesto estatal para búsqueda de personas. Pasó de 116.2 millones en 2022, a 72 millones en 2023. Esto, a pesar de que el gobierno estatal ha sido el que más fondos ha recibido de la federación. En Jalisco se insiste en que la inversión en búsqueda de desaparecidos es prioritaria, pero la realidad es que la asignación de recursos cuenta otra historia. El ejemplo más indignante es que, en 2023, el Estado pagó 25 millones de pesos por la promoción del casco del piloto Sergio Checo Pérez en la Fórmula 1, un monto que equivale al 34% de lo que destinó a la Comisión de Búsqueda.
La Auditoría Superior de la Federación ha señalado que el subejercicio no solo es un desperdicio de recursos, sino una omisión grave que afecta a las víctimas y sus familias. La falta de una estrategia eficiente en el uso del presupuesto se traduce en menos equipos de búsqueda, menos tecnología para identificación forense y menos personal especializado. A esto se suma la poca comunicación con los familiares de desaparecidos, quienes han denunciado que los Ministerios Públicos solo avanzan en las investigaciones cuando las familias hacen el trabajo de recopilación de información.
El hallazgo de 1,882 cuerpos en 186 fosas clandestinas en Jalisco, desde 2018 hasta febrero de 2025, es una prueba de la magnitud de la crisis. La mayoría de estas fosas se encuentran en el llamado “corredor de la muerte”, una región dominada por el Cártel. Mientras Jalisco sigue liderando la crisis de desapariciones en México, su gobierno persiste en la absurda contradicción de recibir más recursos federales para la búsqueda de personas que cualquier otro estado, pero gastarlos de manera insuficiente y regresar, sin ejercer, una parte significativa. El problema no es la falta de dinero, sino la incapacidad, la indiferencia o el desinterés para ejecutarlo correctamente.
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