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El día de hoy se conmemora el Día Internacional de la Mujer, que se formalizó por la ONU en 1975. Sin obviar u omitir los lastimosos, preocupantes y lacerantes datos de violencia en contra de la mujer, en todas sus expresiones, mismos que ya se encuentran ampliamente documentados por los medios de comunicación, destacar la importancia que radica en un nuevo e interesantísimo debate -aunque poco discutido y explorado-: el relacionado con la paridad política, un movimiento que ha sido asumido en Jalisco por ‘Las Paritaristas’, y que podría convertirse en la nueva consigna feminista del presente y futuro inmediato, por tratarse de un asunto de la mayor importancia.

De acuerdo con la ONU Mujeres (2020), México es el quinto país, a nivel mundial, con mayores espacios de representación para la mujer en su órgano legislativo nacional, con un 48.2 por ciento. Ruanda ocupa el 1er sitio a nivel global, con un 61.3 por ciento. Dichosamente, las cuotas de género han influido en ello. Desde luego, éstas se han convertido en un poderosísimo mecanismo compensatorio para una sociedad que sigue siendo, a todas luces, machista.

Si bien es cierto, nuestro país registra una cuasi exacta paridad en la representación de sus órganos legislativos, resulta inexplicable por qué apenas el 25 por ciento de los coordinadores parlamentarios de la Cámara de Diputados son mujeres; y el 28.6 por ciento en el Senado. Apenas un solo partido político nacional, de entre los diez existentes, son presididos por una mujer. Sin mecanismos compensatorios, como las cuotas de género, se advierte la prevalencia de estas nocivas distorsiones sociales.
De forma que esto justifica de manera axiomática la necesidad de las cuotas de género, pero sobre todo advierte la importancia del movimiento ‘paritarista’, toda vez de que las mujeres deben tener, también, una representación paritaria en los órganos de administración y gobierno en el Poder Legislativo; en las carteras de la administración pública o ministerios de los Poderes Ejecutivos; en la integración de los Poderes Judiciales; y, finalmente, en los órganos constitucionalmente autónomos, organismos públicos descentralizados, desconcentrados, y empresas paraestatales.
Con relación a ello, ONU Mujeres (2020), destaca que el país que registra un mayor número de mujeres como titulares de los ministerios y/o secretarías del Ejecutivo, es España, con un 66.7 por ciento. Le sigue Finlandia, en un segundo sitio, con un 61.1 por ciento. México, se ubicaría en el lugar nº 17, con un 47.3 por ciento. Sin embargo, debe decirse que apenas el 6.4 por ciento de los Jefes de Estado y/o de Gobierno, en el orbe, son mujeres. En México, apenas dos mujeres son titulares del Ejecutivo en una entidad federativa, es decir, el 6.2 por ciento, para prácticamente homologar esta perniciosa tendencia global.
Sin embargo, a pesar del nimio o raquítico porcentaje de mujeres Jefas de Estado y/o de Gobierno, es importante destacar que son las que mejores indicadores registran con relación a la gestión de la pandemia, en términos de contagios y decesos a causa de ella: p. ej. Nueva Zelanda (apenas 26 muertes); Islandia (29 muertes); Singapur (29 muertes); por citar tan sólo los más emblemáticos ejemplos. De forma que este 8 de marzo debe también motivar a repensar y discutir el movimiento ‘paritarista’.
@gabriel_torrese
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