La reciente resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) invalidó las reformas propuestas por el Congreso de Jalisco, para limitar las ‘pensiones doradas’. Estas pensiones llamadas así, son las que benefician a exfuncionarios públicos con montos que exceden los 120 mil pesos mensuales, y que han sido protegidas bajo el criterio de “derechos adquiridos”.
Héctor Pizano Ramos, director del Instituto de Pensiones del Estado de Jalisco (Ipejal), no ocultó su frustración ante la decisión de la SCJN, la cual obliga al Ipejal a seguir pagando cantidades exorbitantes a un pequeño grupo. “Es claro y obvio que no hay fondos suficientes y no habrá fondos suficientes para cubrir todas las obligaciones que se generan”, lamentó Pizano, subrayando la incapacidad del sistema para sostener estas pensiones junto con los gastos médicos asociados (Milenio: 26/05/2024).
La reforma de 2021, promovida por el gobernador, pretendía situar un tope de 128,000 pesos mensuales a las ‘pensiones doradas’. Sin embargo, la SCJN decidió que esta medida violaba el principio de irretroactividad de la ley, asegurando así que los derechos adquiridos de los pensionados no pudieran ser tocados. De forma que hoy se requiere un esfuerzo desesperado para sanear las finanzas de un Ipejal asolado por la corrupción, los adeudos incobrables y las innumerables inversiones fraudulentas.
Pero es verdad que en un país donde la mayoría de los pensionados apenas sobreviven con pensiones mínimas, resulta insultante que unos pocos sigan disfrutando de privilegios desmedidos. Hace una década, había nueve trabajadores activos por cada pensionado; hoy, la proporción ha caído a 2.3, una cifra que ilustra la insostenibilidad del Ipejal.
El sistema de pensiones de Jalisco se enfrentará a un futuro sombrío, durante el siguiente gobierno. “Hace 10 años había nueve personas que aportaban por cada pensionado. Hoy tenemos apenas 2.3 personas que aportan por cada pensionado”, explicó Pizano. Este desbalance, pero especialmente las inversiones fraudulentas del dinero que aportan los trabajadores, tienen en riesgo no solo la viabilidad del Ipejal, sino también la estabilidad financiera del estado. Jalisco se está hundiendo en su propio pantano de privilegios intocables.
https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/el-pantano-del-ipejal