La Universidad de Guadalajara se prepara para un acto trascendental. La elección de quien habrá de encabezar los destinos de esta institución bicentenaria durante el periodo del 1 de abril de 2025 al 31 de marzo de 2031. Este viernes, 22 de noviembre, los 196 consejeros propietarios —un Consejo inédito por su paridad de género, integrado por 98 mujeres y 98 hombres— decidirán, mediante voto universal, secreto, libre y directo, quién ostentará el título de Rectora o Rector General. Para que el proceso sea válido, al menos dos terceras partes de los integrantes deberán estar presentes, y en rondas sucesivas, de ser necesario, se eliminará al aspirante con menor número de votos, hasta alcanzar una mayoría absoluta.  

Desde el inicio de este proceso, nueve aspirantes presentaron públicamente su interés de asumir el cargo. No obstante, se han decantado a cinco. En el emblemático Paraninfo Enrique Díaz de León, candidatas y candidatos han tenido la oportunidad de compartir, ante la comunidad universitaria y el público en general sus programas de trabajo —transmitido por radio y televisión—, sus visiones para la universidad del futuro y las propuestas para los retos que enfrenta la Universidad de Guadalajara.  

Con voces que entretejen un compromiso común hacia el fortalecimiento institucional, las propuestas exhibieron enfoques diversos que enriquecen el debate: un modelo educativo renovado que privilegia la innovación y la multidisciplina; el fortalecimiento de la investigación con infraestructura de vanguardia; el impulso a la equidad de género en la ciencia; estrategias para asegurar la permanencia estudiantil y su transición a empleos dignos; una universidad sostenible, comprometida con el medio ambiente y la justicia social; y la revalorización de la labor docente, mediante salarios justos y programas de desarrollo profesional, entre otras.  

Cada propuesta, con sus énfasis particulares, converge en un diagnóstico preciso. La Universidad de Guadalajara está llamada a consolidarse como un referente educativo, cultural, de innovación, inclusión y sostenibilidad, en un contexto global y nacional desafiante. Aunque las ideas difieren en la forma, coinciden en la aspiración de una universidad más humana, eficiente, socialmente comprometida y solidaria con sus trabajadoras y trabajadores.  

Este proceso ha convocado a la comunidad universitaria a atestiguar un ejercicio de apertura y reflexión. Por primera vez, tres de los cinco finalistas son mujeres, un reflejo del cambio de época en que vivimos, donde el país ha elegido a su primera mujer presidenta. También, la primera presidenta en la FEU. Las aspirantes han demostrado que la paridad no es solo un mandato legal, sino una evidencia de talento, méritos propios y compromiso de las universitarias. Sin menoscabo de los dos aspirantes varones, cuyas exposiciones han sido de notable atributo, es innegable que la presencia femenina marcó una pauta histórica, de un magnetismo ineludible. 

Es el soplo que precede al cambio. La antesala de un momento en el que la historia, contenida en un suspiro colectivo, se encuentra al borde de transmutar. Es el eco que resuena antes de la llegada de la primera mujer a la rectoría de la Universidad de Guadalajara. Un compás delicado, pero vibrante, que pregona la inminencia de una decisión significativa.  

Lo que el Honorable Consejo General Universitario resolverá este viernes, sucederá en una expectante sinfonía de posibilidades que trasciende la elección de un liderazgo. Se traza el rumbo de una institución que, en su esencia, refleja un relevo generacional en curso, inexcusable. En este proceso, las y los aspirantes manifiestan con claridad su sintonía con los signos de nuestro tiempo, cual brújula de las aspiraciones colectivas que reflejan las tensiones y demandas que definen a esta generación, así como las respuestas que la Universidad debe ofrecer frente a los desafíos emergentes.

Es aquí donde la voluntad y la razón de quienes votan se encuentran con el peso de la responsabilidad y el rumbo de una institución que atestigua cambios sociales, culturales, económicos y tecnológicos, que configuran el presente y trazan el horizonte de los retos del mañana.

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