Existe otra asociación del Ipejal con desarrolladores privados, donde Pensiones aportará 390 millones de pesos. En este nuevo negocio ‘al estilo Jalisco’, se trata de un total de 4 mil 424 construcciones que se pretenden realizar sobre el cerro del ‘Junco’ y ‘El Cántaro’. El proyecto estima un aproximado de 3 mil 66 casas unifamiliares, 812 casas dúplex, 396 viviendas asistidas para adultos mayores, un hotel, casa club ladera, town center, golf club, living farm, ecuestre, hospital-clínica y un campo de golf.

Con el dinero que los trabajadores aportan para su pensión y jubilación se financiarán casas unifamiliares y dúplex. Se pretende llevar ahí un total de 8 mil 548 personas. Sin embargo, serían más, por lo que el poblado nuevo contará con hasta 10 mil habitantes y devastará parte de los dos cerros que cuentan con una vista privilegiada hacía el lago de Chapala.

Santa Cruz de la Soledad también determinó recibir a 230 avecindados y tomar el control de su centro de población para que no salga del régimen ejidal. El conflicto por las tierras inició con el gobierno de Emilio González Márquez. Ipejal y Santa Cruz Inmobiliaria de Chapala firmaron un fideicomiso. El primer predio a desarrollar son 53.7 hectáreas de dos fracciones de las comunidades de Santa Cruz de la Soledad y San Nicolás de Ibarra, pero el compromiso de Ipejal era aportar hasta 28.8 millones de dólares, mientras que los urbanizadores totalizarían 450 hectáreas de terreno. La posesión de los predios codiciados ya se le ha disputado con todo tipo de artimañas legales al Ejido, precisamente como ocurrió en Chalacatepec.

El abogado del Instituto de Derecho Ambiental (Idea AC), explicó que se dio asesoría legal a los ejidatarios que se oponen a que se les despoje de 164 hectáreas, ya que se pretenden urbanizar los cerros El Cántaro y El Junco. Por su parte, la apoderada legal de uno de los ejidatarios Santa Cruz de la Soledad, dijo que los agricultores se oponen a que se urbanicen sus tierras, donde hoy cultivan maíz, chícharo, garbanzo, pepino, jitomate y cebolla. Han asumido el asunto como una “lucha de resistencia” por la defensa de sus derechos.

Entre otras irregularidades que se han cometido contra los legítimos dueños del lugar, es que “se dio una asignación ilegal a 19 avecindados que nadie conoce, a quienes les conceden dominios plenos, títulos de propiedad del Registro Agrario Nacional. Posteriormente, ellos hacen una venta con Santa Cruz inmobiliaria de Chapala y ésta a su vez hace un fideicomiso con Pensiones del Estado, donde Pensiones va a aportar 390 millones de pesos, mientras que las tierras del ejido tienen un valor de 267 millones (…) Todo esto está plagado de irregularidades, de firmas falsas, los avecindados no están registrados así, pues nunca existió un acta de asamblea para otorgarles el reconocimiento”.

El Ipejal se encuentra hoy francamente fuera de control y ausente de fiscalización efectiva. El dinero que aportan los trabajadores al servicio de Jalisco, se usa discrecionalmente para los más grotescos fraudes, no solo contra de la viabilidad futura de Ipejal, sino contra el patrimonio de campesinos de escasos recursos, a quien se les despoja de sus tierras para entregarlas al ‘cartel inmobiliario’.

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