El proceso para elegir presidenta del ITEI encontró el rechazo del Consejo Consultivo Ciudadano del instituto, de universidades (pública y privadas), y muy diversas organizaciones civiles. Además del Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción. La segunda convocatoria expedida por el Congreso, es rechazada debido a dos nuevos criterios de evaluación y a una comisión evaluadora impuesta, que no es compartida por el Consejo Consultivo del ITEI, ni por las organizaciones de la sociedad civil que hasta hoy se han manifestado. La legitimidad implica el reconocimiento, por parte de los otros, de la autoridad pública para ejercer un cargo del Estado o ejecutar una decisión pública. Hoy día, en este proceso para elegir la presidenta del ITEI, resulta obvio que se ha extraviado, precisamente, la legitimidad del proceso.
Es verdad que un segundo examen debería de concentrarse en evaluar las habilidades directivas y los márgenes legales de las normas que delimitan el desempeño de los cargos a los que se convoca para selección. También es cierto, que le asiste la razón al Consejo Consultivo del Itei, en NO acompañar una convocatoria que amplía la discrecionalidad del Congreso, para efectuar las designaciones sin atender al criterio de los mejores perfiles.
La designación de los funcionarios públicos, es, efectivamente, la facultad constitucional de los diputados. Ellos son los representantes de la soberanía del pueblo, electos democráticamente. Precisamente esos legisladores, en ejercicio pleno y soberano de su capacidad para crear las leyes que nos rigen a todos, incluso A ELLOS MISMOS, son los que legislaron para crear un Consejo Consultivo, y asignarle tareas específicas, y la intervención en el proceso para la designación de comisionadas y comisionados del Instituto de Transparencia, Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Jalisco.
Ese Consejo Consultivo (órgano colegiado y plural, integrado por varios sectores de la sociedad civil) es una creación, justamente, del Congreso del Estado de Jalisco. Fue instituido, ¿para qué? Entre otras cosas para abrir a la participación ciudadana las decisiones fundamentales que conciernen al ITEI -no solamente a la representación democráticamente electa-, como la designación de sus comisionadas y comisionados. La representación política de los diputados es una condición necesaria, más no, suficiente. Precisamente por eso, los mismos diputados, legal y legítimamente crearon, por voluntad e idea propia, un Consejo Consultivo, al que ahora se ningunea con una convocatoria impuesta, y un proceso excluyente, de dados cargados, plagado de inconsistencias.
Si algunos legisladores defienden el derecho a decidir los cargos públicos de una manera distinta y al margen de cualquier órgano ciudadano, deberían presentar entonces la iniciativa para reformar la ley; porque hoy la norma establece la intervención del Consejo Consultivo, bajo un procedimiento que parecen desconocer mediante argucias. Razón que ha motivado el rechazo, no sólo del Consejo Consultivo, del Comité de Participación Social del Sistema Anticorrupción; sino, además, de diversas y plurales organizaciones de la sociedad civil, de universidades privadas y la Bicentenaria Universidad pública.
No existe un antecedente en Jalisco, de tantas coincidencias hechas en público (posturas, opiniones publicadas, desplegados de instituciones) respecto de las irregularidades manifiestas en un proceso de selección de la Comisionada suplente y Comisionada presidenta del Itei. Y fuera de dos bancadas parlamentarias, nadie más defiende la legitimidad y legalidad de la segunda convocatoria expedida, excepto los que aparentemente se verán beneficiados de las reglas a modo para restarle participación al Consejo Consultivo Ciudadano, para asignarle a cuates, las cuotas previamente definidas, incluso antes de publicar la convocatoria. Por ello, urge ya una ley de designaciones.
Convocar a una selección pública, mediante evaluación, para que mujeres profesionales de la materia participen con credulidad en un proceso que, muy probablemente tiene ganadora predeterminada, bajo reglas amañadas, es una simulación que hoy resulta: por evidente, humillante.M
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