La integración de la nueva legislatura del Congreso de Jalisco para 2024 representa un cambio significativo en el equilibrio de fuerzas políticas, donde Morena, con el respaldo de diputados adicionales provenientes del Partido Verde, Futuro y Hagamos, se perfila como la mayoría legislativa. Este bloque no solo reconfigura la dinámica de poder en el Congreso, sino que, en un estado donde Movimiento Ciudadano (MC) había dominado la escena política, el bloque morenista introduce una dimensión de contrapeso inusual y, hasta cierto punto, inesperada. La ventaja numérica de Morena y sus aliados redefine la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo, y plantea un escenario donde la política estatal se torna menos predecible y más disputada.
Con 10 legisladores propios y el respaldo de aliados del Partido Verde y Hagamos, Morena se constituye como la primera fuerza en el Congreso de Jalisco. Esta mayoría, aunque lograda a partir de alianzas, le permite a Morena ejercer un liderazgo que podría traducirse en un control de la agenda legislativa, además de una capacidad incrementada para actuar como un contrapeso efectivo frente al ejecutivo estatal. MC, que en las urnas obtuvo el mayor número de votos (34.5%) y, en un principio, 11 curules, enfrenta un reto sin precedentes. MC se verá obligado a fortalecer sus alianzas naturales con partidos tradicionales, como el PAN (que cuenta con cinco diputados) y el PRI (con tres), para poder equilibrar las fuerzas.
El Verde, al lograr una curul adicional tras una resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), se convierte en una pieza clave de esta nueva configuración legislativa. No obstante, esta alianza con Morena podría mantenerse flexible, brindándole al Verde la posibilidad de ejercer una política de negociación que le permita capitalizar su posición sin una alineación rígida, explorando beneficios de ambas partes.
En suma, la legislatura 2024-2027 plantea un reto tanto para el bloque morenista, como para MC y sus aliados, y requerirá de un ejercicio político continuo que, en última instancia, determinará la capacidad de los actores políticos en Jalisco para responder a las demandas en un contexto de fragmentación política y competencia renovada.