Después de un proceso electoral inédito donde el ganador presidencial arrasó con más del cincuenta por ciento de la votación y en la cual en los perdedores imperó la madurez democrática, el país tiene las condiciones para la reconciliación, con un clima de tranquilo y de paz, señala el politólogo y Director de Canal 44, Gabriel Torres Espinoza.
“Fue un proceso inédito, con una gran madurez democrática, en buena medida debido a que el ganador de la contienda ni siquiera lo tuvo que dar a conocer la autoridad electoral, sino que la gran madurez política y la convicción democrática mostrada por quienes compitieron hizo posible que aunado a la amplia diferencia en la votación se pudiera determinar quién había ganado con toda claridad, dicho por sus adversarios, que no es común en un proceso electoral, apenas cerraron las casillas”.
Uno de los puntos que destaca quien funge también como Presidente del Consejo Directivo de la Asociación de Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (ATEI), es la amplia diferencia que se dio entre el ganador y el resto, dejando de lado el debate de una segunda vuelta.
A la vez, Gabriel Torres hace una reflexión sobre la coyuntura que se dará en el país, donde se difuminaron los referentes ideológicos a raíz de las coaliciones que se integraron en el proceso electoral.
“Me parece que hay una coyuntura importante para la redefinición de las ideologías, lo que sí se difuminó es el tema de los referentes ideológicos, hoy en día no está claro quién es la derecha, quién es la izquierda, quién es centro izquierda, centro derecha”.
“Estas coaliciones, de MORENA, del Frente, del PRI, fueron tan discutiblemente polémicas desde la perspectiva de ideologías que amalgamaban, que nos indiquen quiénes son los conservadores, los liberales, los de izquierda, los de derecha, los de ultra, no sabemos, estos grupos de integraron con gente que venía de diversas corrientes ideológicas que hicieron sinergia con un solo propósito que es ganar las elecciones”.
“Si queremos decir qué tipo de gobierno se llevará a cabo no sabría decirlo, no hay elementos confiables para definirlo, será un tema que se retomará en los próximos meses”.
EN POLÍTICA NO HAY MUERTOS
Conciencia. La derrota de los partidos tradicionales, como PRI-PAN-PRD. ¿En qué se equivocaron y qué pasará con estas instituciones?
Gabriel Torres. En política no hay muertos, hay apestados por un tiempo, pero luego cambia. Es normal en toda democracia que un partido que es gobierno pase a la oposición y toda oposición pase al gobierno, no veo un tema de catástrofe irreversible ni que se escriba a partir de hoy la historia a futuro de estos partidos, tal vez algunos se tengan que recomponer, tenga que haber reconfiguración de estructuras, modelos, pero si nosotros volteamos a países democráticos vemos ya casos similares, es muy difícil que una expresión política se mantenga en el poder.
Conciencia. Hubo poco voto para las candidaturas independientes en general…
Gabriel Torres. Lo que sí queda derrotado en estas elecciones es la idea que los partidos políticos estaban en crisis, no, la gente votó por partidos políticos a nivel nacional y a nivel local en poco más de un 80 por ciento; en Jalisco ningún independiente logró ganar ni siquiera un distrito, el candidato independiente que es un fenómeno como Kumamoto no va a entrar al senado, se cae por tierra este lugar común que venían diciendo que los partidos políticos están en crisis.
Conciencia. ¿Qué futuro le ve a los independientes en el país?
Gabriel Torres. Creo que finalmente la figura está tomando el lugar que le corresponde; una candidatura independiente no es la panacea, no por ser independiente eres buen candidato y confiable, no, creo que la figura permite que un buen liderazgo, un buen político con proyecto, con ideas, con programa, que hubiera sido bloqueado por los partidos para presentarse en la boleta pueda hacerlo utilizando esta figura de la democracia, para que haya buenos candidatos independientes necesitamos buenos liderazgos independientes, políticos dispuestos a actuar por esta medida, mientras los independientes sigan siendo figuras de bajo perfil, endebles, con capacidad de socializar sus ideas muy baja la figura seguirá recibiendo votaciones de carácter marginal. La clave de un independiente, para explicar el fenómeno Kumamoto y Bronco en Nuevo León, tuvieron que ver liderazgos emergentes, que supieron comunicar sus ideas, carismáticos, que tuvieron la capacidad de persuadir a grandes masas logrando obtener niveles altos de votación. Es una figura positiva, tanto existan liderazgos positivos que puedan aprovecharla realmente, porque desde que surgió la figura muchos se imaginaron que cualquiera podría recibir todo el voto de castigo contra los partidos y no, siguen votando por los partidos.
EL FUTURO DE LOS PARTIDOS TRADICIONALES
Conciencia. ¿Y qué futuro le vislumbra a una institución como el PRI? El partido histórico, sumido en la peor crisis en su historia desde su fundación…
Gabriel Torres. El PRI pasó por una crisis importante cuando Roberto Madrazo, quedaron tercer lugar, en esta ocasión tienen una crisis fuerte, sus números bajan sensiblemente, más fuerte de lo que se ha tenido en el pasado, pero no hay derrotas para siempre. Es probable que suceda en el PRI, como en el PRD, que estos institutos tengan que replantear no solo la estructura base y algunos de sus planteamientos ideológicos, sino también la base de la organización, este PRI de sectores, de organizaciones, creado en la década de los 40 poco tiene que ver con la realidad de una sociedad de la información y la comunicación, con un elector empoderado en las redes sociales, con estrategias horizontales más que verticales de movilización, con programas que no tienen nada que ver con un liberalismo social postulados de las últimas décadas. Un partido como éste, importante, nacional, que tuvo representación en todo el país, tiene frente a sí el enorme reto de transformarse y convertirse en una opción viable para sus electores, con la renovación de las élites que lo dirigen.
Conciencia. En el caso del PAN, ¿fue un fracaso la alianza Por México al Frente?
Gabriel Torres. No logró transmitir ese amplio espectro ideológico que debió darles una mayoría del electorado. Haberse unido la derecha con cierta parte de la izquierda técnicamente le debió dar al Frente un espectro ideológico para ganar votos grandes, más de los que obtiene en la contienda electoral. Yo me pregunto y es un buen tema para analizar, si Ricardo Anaya hubiera sido solo el candidato del PAN hubiera sacado menos o más votos de los que tuvo, no estoy seguro si la alianza con el PRD le ayudó de forma significativa o el conflicto con su partido le restó y no le sumó votos, por otro lado la pequeña parte de la izquierda que representa el PRD no sé si le dio resultados esta alianza nacional, históricamente habían ganado juntos, finalmente en la coalición no se transmitió al espectro ideológico que quería representar para alcanzar los votos. El gran error que tuvieron Anaya y Meade fue sostener una pelea por el segundo lugar, insistiendo por convencer al electorado que uno u otro iba en segundo lugar, que sería el más avocado para competir con Andrés Manuel, se olvidaron del puntero, que fue solo, creciendo, mientras la pelea se dio desde enero hasta finales de campaña por el segundo lugar.
Conciencia. ¿MORENA es un partido o un movimiento impulsado por un caudillo?
Gabriel Torres. Podría haber consideraciones en término histórico, sociológico, político y hasta filosófico, pero daré una positivista, la legal. MORENA es un partido político, recibe aportaciones y prerrogativas como partido político, es un movimiento donde todos los partidos que surgen, a excepción del PRI que se dio en condiciones particulares, todos nacen como la expresión de un movimiento social, son organizaciones de ciudadanos que agrupan ciudadanos, en lo que no podemos ser ingenuos es pensar que un partido no es partido, sí tiene registro, presenta candidatos que luego integran gobiernos. Veo solo el estricto positivo, MORENA es un partido político, muchas cosas la gente las podrá valorar, pero es un partido legalmente constituido, que obtuvo resultados producto de los sufragios.
LA GENTE ESPERA UN CAMBIO
Conciencia. Ganó el candidato antisistema, la gente votó por el cambio. ¿Qué puede hacer y qué no puede hacer un presidente?
Gabriel Torres. Lo que no puede hacer es decidir a su gusto en el congreso, podrá tener un liderazgo si su partido tiene la mayoría de diputados, pero aún así MORENA es un partido complejo, un mosaico heterogéneo de grupos, de perfiles y trayectorias, no podría decir que toda la gente que se sumó al proyecto de Andrés Manuel tiene una trayectoria intachable, tampoco podría decir que su bancada son los mejores legisladores que puede tener el congreso.
Lo que sí es cierto es que el presidente de la república, en un país presidencialista, si es el principal corrupto de la nación, por casos de enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias o de peculado, es difícil que luego se quiera exigir probidad a los gobernadores, diputados, senadores, creo que hay algo de razón cuando se dice que las escaleras se barren de arriba para abajo, porque no puedes tener un presidente permanentemente señalado por actos que nunca se explicaron y querer que el resto de la estructura de gobierno tenga credibilidad, hay que empezar a poner el ejemplo por el cargo de mayor relevancia del país que es la presidencia, en la propia medida que busquemos un gobierno federal probo, no creo que con Andrés se acabe la corrupción de inmediato pero sí puede castigarlo.
Conciencia. ¿Qué esperan los ciudadanos del futuro presidente?
Gabriel Torres. Lo que espera la población que votó con este mal humor social, con esta esperanza de cambio es un presidente y un gobierno federal comprometido con la buena administración de los recursos, comprometido con establecer algunos valores de honestidad y honradez en la función pública, creo que también naturalmente espera que exista una auténtica división de poderes, que el ejecutivo asuma al cien por ciento su función, que el legislativo asuma su función, un federalismo explícito donde los gobernadores ejerzan su función como responsables de las entidades federativas y el gobierno federal sea respetuoso de ese orden. En suma, se trata de recuperar un orden constitucional con el gobierno, que si bien no estaba perdido del todo, había muchas reglas no escritas del viejo PRI que se venían restaurando en el sexenio que concluye, si esas reglas se vuelven a restablecer con MORENA como un viejo PRI renovado no será alentador, los cambios tienen que empezar con cosas palpables, con dos grandes temas que los mexicanos refieren como sus principales preocupaciones, la corrupción y la inseguridad, la violencia y la falta de honestidad de sus autoridades, si avanzamos en esas grandes asignaturas pendientes seguramente se estará respondiendo a ese voto que de forma masiva recibió Andrés Manuel.
CONDICIONES DE RECONCILIACIÓN
Conciencia. ¿Qué aspectos resalta del primer mensaje de Andrés Manuel López Obrador como presidente electo?
Gabriel Torres. El de la reconciliación, me llamó la atención, es bueno, el país se polarizó en campaña. Por otro lado, el del respeto a las instituciones, que no se hará nada por arriba de la ley, respetando el congreso, pareciera una obviedad pero se ha dicho tanto que resulta muy alentador en sus propias palabras, de su propia boca, que salgan esas ideas y mensajes que le den tranquilidad no solo a sus simpatizantes sino también a quienes no votaron por él. Un compromiso puntual que ha venido repitiendo y ha sido encabezado de muchas notas, no les voy a fallar, eso es justamente lo que están esperando un gran cambio en el país.
Conciencia. ¿El presidente de la reconciliación o el presidente de la polarización?
Gabriel Torres. En principio veo al de la reconciliación, no vería por qué tendría que polarizar un presidente que tiene la mayoría para gobernar cómodamente, tiene al menos mayoría relativa en la Cámara de Diputados, mayoría relativa en la Cámara de Senadores, le fue bien con al menos cinco gubernaturas incluida la capital del país, no veo por qué tendría que estar convocando a pelear, un presidente que ya ganó una buena batalla electoral, que encontró dos buenos perdedores que apenas después de cerradas las casillas reconocieron su triunfo antes que la autoridad electoral lo hiciera.