Las audiencias audiovisuales, durante la última década, se han híper fragmentado con la irrupción de un ecosistema mediático distintivamente amplio y competitivo, a través de las plataformas OTT —como Netflix, p. ej.—, el consumo audiovisual bajo demanda mediante Internet —YouTube, TikTok, p. ej.—, la televisión de pago en sus diferentes modalidades —IP, satélite, cable— y, desde luego, la radiodifusión convencional de la televisión abierta. No es que ya no se consuma el audiovisual —por el contrario, cada año crece su consumo diario, medido en minutos de exposición a través de múltiples pantallas (fijas, móviles y personales)—, sino que éste se ha atomizado en exceso. De forma que los altísimos niveles de audiencia que se registraban a inicios de este siglo, con el prime time,se ha menguado de forma significativa.

No obstante, la televisión convencional, es decir, la radiodifundida y/o abierta, que se consume a través de una pantalla fija en el hogar, registra aún altísimos niveles de rating en casos muy específicos: procesos electorales, debates presidenciales, la cobertura de eventos que causan gran conmoción social (terremotos, atentados terroristas, etc.) y justas o eventos deportivos, como ocurrió precisamente con el Mundial de Qatar 2022, en todo el globo.

A efectos de comprender la estadística audiovisual relacionada con el más emblemático campeonato del balompié en el planeta, conviene destacar que un punto de rating equivale a un 1% del target o universo de televisiones fijas que reciben señal de televisión en el hogar. Es decir, mide la sintonización respecto de un producto audiovisual en al menos una televisión fija en el hogar, y no el número de personas que lo consume, toda vez que, en un hogar, puede haber dos, tres o muchas personas más realizando el visionado de un programa de televisión específico.

Así es como la final de la Copa del Mundo 2022, entre Argentina y Francia, batió récords de audiencia en toda la región latinoamericana, y buena parte de países del Viejo Continente. De acuerdo con Kantar Ibope Media, ¡en Argentina, se registraron 63 puntos de rating! En Paraguay, 52. En Perú, 50. En Colombia, 49. En Panamá, 46. En Costa Rica, 43. En Uruguay, 40. En Brasil, 39. En Chile 38. En Francia, ¡la audiencia ascendió a 81 puntos de rating! Por su parte, Grupo Televisa Univisión registró récords en los 32 partidos que difundió de manera gratuita pues captó 251 millones de telespectadores en total, mientras que TV Azteca 194 millones.

Por otro lado, habría que decir que la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA), destaca que mientras el Super Bowl, de la NFL, más visto en la historia de este deporte, registró una audiencia doméstica promedio de 114.4 millones de telespectadores a nivel global, la audiencia televisiva de la final de la Copa Mundial de 2018, en Rusia, sumó una audiencia televisiva promedio de 516.6 millones de televidentes, es decir, 4.5 veces más.

La FIFA sostiene, además, que en 2018, la audiencia potencial fue mucho menor a la esperada porque la final no la jugó ningún país latinoamericano, pues en estas naciones existen poblaciones enteras aficionadas a este deporte, toda vez que la final de 2018 la disputaron Francia y Croacia. En esta ocasión, la expectativa o hype en la final de este Mundial fue mucho mayor, porque la jugó —y ganó— un país latinoamericano, teniendo como capitán de Argentina a Lionel Messi —considerado por muchos el mejor futbolista de la historia—, quien además había señalado, públicamente, que éste sería el último Mundial que jugaría. Así, la FIFA sostiene de manera preliminar, que la audiencia audiovisual promedio de la final de la Copa del Mundo de Qatar 2022 rondaría ¡entre los mil y mil 500 millones de televidentes en todo el Orbe!

El asunto no es para nada descabellado. La magnitud del negocio de la transmisión lineal televisiva (en vivo y/o directo), relacionado con el Mundial, es tal que, en este año (2022), los derechos de transmisión ascendieron a los dos mil 612 millones dólares, lo que acredita la altísima rentabilidad que sostiene la televisión -en todas sus modalidades-; especialmente en pantallas fijas, con transmisiones en vivo y/o directo.

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