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El gobernador de Jalisco, emanado de las filas de Movimiento Ciudadano, y efectivamente parte importante en la construcción de los principales activos de ese partido, y del crecimiento de sus asesores en comunicación, realizó una rigurosa crítica a la estrategia de campaña presidencial del ‘movimiento naranja’. Sin reserva alguna, afirmó: “yo no soy ‘fosfo’, ‘fosfo’, yo no soy ‘lo nuevo’, yo no soy ‘arráncate compadre’”, en clara alusión a los aspectos distintivos de la publicidad del partido MC y su candidato a presidente. “Yo no soy nada de eso, yo soy un político serio, soy un político profesional. Y jamás voy a estar de acuerdo con esa noción de la política que la envilece, la banaliza”.

Y continuó con las duras críticas a la dirigencia nacional de MC, al señalar que “se han tomado decisiones lamentables en lo nacional, se ha convertido nuestro proyecto que tanto trabajo nos costó construir en un espacio en donde la mercadotecnia, yo diría de bajo nivel, pretende sustituir a la política, y eso nunca termina bien”. “Lo que pasó en Movimiento Ciudadano a nivel nacional fue deveras terrible, lamentable, y a mí inclusive me generó hasta vergüenza”.

Ante este debate interno que se impulsa desde el gobierno de Jalisco, resulta oportuno recordar que un político elocuente eleva el discurso público, transformando la política en una pericia que toca las fibras más íntimas de sus electores, creando un puente entre la realidad y las aspiraciones colectivas de una sociedad, especialmente si denota esperanza en el cambio. No pueden vencer… aquellos incapaces de convencer.

La idea de que la política ha evolucionado hacia una dinámica donde la imagen y el mensaje de los políticos son cuidadosamente fabricados por mercadólogos, nos conduce necesariamente a reflexiones de fondo, ya que este proceso lleva, efectivamente, a una disociación entre el ser auténtico político y su representación mercadológica, que se ve influida por estrategias de comunicación que buscan optimizar el ‘engagement’ y la percepción pública a través de la creación de un “significante perfecto”. Esta fabricación publicitaria, en ocasiones hueca y superficial, no solo desdibuja la verdadera identidad y los atributos de un político, sino que también afecta la esencia de la democracia y el abordaje de los problemas fundamentales de la sociedad.

Al transformar a los políticos en meros ‘productos publicitarios’, se pierde la autenticidad y se promueve una relación superficial con el electorado, basada más en la percepción de imagen, que en el debate de ideas, reivindicaciones sociales y soluciones a problemas específicos y reales. Conduce a los políticos a alejarse de sus raíces y valores, convirtiéndose en meros objetos de consumo publicitario, con atributos que no les son propios o resultan ajenos a la naturaleza de un partido o expresión política en la que milita. Se crea, en suma, una versión distorsionada del político, enfocada más en la apariencia que en la sustancia. Se discuten frivolidades, y se dejan de lado los mensajes públicos de contenido social, esos que mueven conciencias y crean identidad.

Como señala “Lecciones para Políticos”, publicado (abril, 2014) “no cualquier persona cubre el perfil del gran político, pues para esto, requiere en su naturaleza de ciertos elementos que lo distingan del resto de los individuos”. “Todo político relevante es un hombre de acción, más no todo hombre de acción es un político relevante”. La representación distorsionada por la excesiva mercadotecnia no contribuye a la democracia ni a la solución efectiva de los problemas de la sociedad. Al convertir a los políticos en meras apariciones temporales diseñadas para agradar al público, se desvía la atención de la naturaleza y cualidades de un político, se pierde la perspectiva de los asuntos fundamentales, y se debilita el debate público al reducirlo a ‘banalidades’, frivolidades en demérito de lo sustantivo​​.

La encuesta nacional, realizada en febrero por “De Las Heras”, coloca al candidato de Movimiento Ciudadano con una intención del voto del 2%, y “tomando en cuenta el cálculo del escenario electoral más probable, si la elección fuera en este momento coloca a MC con un 4%”. Los números son menos fríos cuando se les sabe interpretar.

https://www.milenio.com/opinion/gabriel-torres-espinoza/con-pies-de-plomo/mas-alla-del-fosfo-fosfo