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La cohesión (unidad interna) de un partido es un componente crítico para su éxito en las elecciones. La falta de esta unión conduce a consecuencias negativas que impactan los resultados electorales inmediatos. Morena en Jalisco, hasta ahora, destaca por la falta de cohesión política. La desorganización, tal vez derivada de los conflictos internos mal procesados, es el principal reto a superar del partido del presidente en Jalisco. Mucho partido, pero poca organización política.
La cohesión es clave para una campaña electoral eficaz. Un partido dividido, como acusa Morena en Jalisco, tendrá dificultades en sus estrategias de campaña, en la movilización electoral y en la conciliación de intereses. Una cosa es el partido, y otro será el partido con sus candidatos. El problema deriva de una tensión por el desplazamiento de grupos de militantes activos en varios municipios y regiones. Se trata de una disputa interna, terriblemente (o deliberadamente) mal procesada, que evidencia una ausencia de concertación política, liderazgo y oficio.
Será muy difícil hacer oposición en Jalisco, cuando Morena no logra la cohesión política necesaria para presentarse como una opción de gobierno. Robert Michels, conocido por su «Ley de hierro de la oligarquía», escribió que las divisiones internas pueden llevar a una «pérdida de identidad». Michels argumenta que cuando las facciones internas luchan por el control, el mensaje a los electores y los ideales del partido se vuelven confusos y diluidos. Se extravía el mensaje de cambio. Esto aleja a los votantes que buscan una plataforma clara y coherente. Arend Lijphart, por su parte, argumenta que los partidos divididos son menos capaces de responder de manera efectiva a las críticas y a las estrategias de los partidos antagonistas.
La lucha por el liderazgo puede ser particularmente destructiva para Morena en Jalisco. Este accionar faccioso, de grupos que son movidos por sus aversiones y resentimientos, parecen dispuestos a ‘ver quemar la casa propia, por ver arder la ajena’.
El problema con la ausencia de ‘control de daños’, en la víspera del inicio de las campañas, es que la unidad y la confianza puede requerir un tiempo y esfuerzo significativo, del que tal vez no se disponga más.
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