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Los gremios que representan los trabajadores del Hospital Civil de Guadalajara lanzaron el viernes pasado un ultimátum a la Secretaría de Salud Jalisco. Fijaron un plazo de 72 horas para encontrar una salida al problema financiero que arrastra  esta importante institución de salud. Efectivamente, el problema principal son los adeudos que la Secretaría de Salud Jalisco sostiene con los nosocomios y los montos de los mismos, en los que no parece alcanzarse acuerdo. Asunto que de alguna manera es causado, de inicio, por un “boquete” financiero que dejó, específicamente en el rubro del Seguro Popular, la administración de Emilio González Márquez (que por cierto, sigue absolutamente impune).Pero una complicación, aún de menor intensidad, crece o simplemente no se resuelve cuando una de las partes involucradas no acusa disposición para atenderla. Peor aún, cuando la manera de abordarla es descalificando a la institución, ninguneando a su comunidad médica y al articular un discurso de pretextos para no pagar lo que se debe (como la SCT, con el Aeropuerto, en el caso de los ejidatarios). En efecto, Cruces ha encontrado maneras de retardar, burocratizar y con ello no pagar el adeudo que Salud tiene con el Hospital Civil. Una táctica dilatoria que ha de terminar en conflicto. Incluso, desde que él era responsable del Seguro Popular. No se necesita mucho seso para advertir un tufo de tirria en sus declaraciones cada que aborda el tema del adeudo con el Hospital Civil. Al problema financiero complejo entre ambas partes, agréguese la falta de voluntad, de sensibilidad política que en principio obliga a quien es Secretario de Salud del gobierno de Jalisco. Incluso, cuando es bien sabido que su jefe, el Gobernador, acusa en todas y cada una de sus declaraciones un tono conciliador, respetuoso, preocupado por resolver el problema de la mejor manera. No le ayudes compadre, dice el proverbio popular…

Independientemente del entuerto que tiene origen en la aritmética, el conflicto que se avecina avanza porque no se registra voluntad política, ni sensibilidad del titular de la Secretaría de Salud para resolver el problema. Todo lo contrario… Tal parece que su objetivo es sacar, desesperados, a la comunidad del Hospital Civil a las calles, al recurrir a trabas burocráticas para no entregar lo que es su obligación. Su obligación. De paso, dinamitar la armonía que este gobierno sostiene con esta importante institución. Todos los días siembra dudas sobre el Hospital Civil, su aportación social y sus autoridades. En suma, promueve abiertamente un conflicto donde debiera haber entendimiento y colaboración, y hace valer una fobia personal –cada vez más evidente– que alimenta confiado en una amistad personal con el gobernador ¿Le será suficiente a Antonio Cruces para lograr su objetivo?