En días pasados, la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco (CEDHJ) emitió la ‘Mega Recomendación’ 23/22 relacionada con el ocultamiento del informe “Propuesta Metodológica para la implantación de una batería de indicadores de salud que favorezca el establecimiento de programas de diagnóstico, intervención y vigilancia epidemiológica en las poblaciones ubicadas en la zona de afluencia del proyecto de la presa Arcediano en el estado de Jalisco”, elaborado por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), de 2009 a 2010, para el Gobierno del Estado de Jalisco, a petición de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). El ocultamiento de dicho informe perduró durante las administraciones de Emilio González Márquez (2006-2012) y de Aristóteles Sandoval (2012-2018).
De esta manera, la UASLP consignó, a través de un muestreo médico realizado a un total de 330 niños y niñas, de entre 6 y 12 años, residentes de seis poblaciones cercanas al río Santiago [Puente Grande y Jalisco Secc. II, en Tonalá, El Salto, Juanacatlán, La Cofradía y Jardines de la Barranca, en Guadalajara], que «más del 40% de ellos tenían padecimientos relacionados con enfermedades graves como cáncer, daño neurológico, en los riñones, así como alteraciones hematológicas impactantes».
Lo anterior, se documentó a través de muestras de sangre, orina, heces, exudados nasales y exudados faríngeos; exploraciones clínicas; y la aplicación de la prueba neuropsicológica “Batería III Woodcock-Muñoz” a esta población infantil. El estudio destacó que en La Cofradía y El Salto las alteraciones hematológicas “eran impactantes”, pues ascendían a más del 88% y 79% de la población infantil testeada —respectivamente—. Para la sustancia del cadmio, uno de los principales responsables del daño renal, la prevalencia en los niños de El Salto ascendió hasta cerca del 98%, alrededor del 80% en los niños de Juanacatlán, y 77% en los de Puente Grande. A su vez, en materia de habilidades cognitivas, encontraron importantes alteraciones en indicadores como “inteligencia breve” y “habilidad verbal” en más de un 70% de los casos. Dramática, sin lugar a duda, la prevalencia registrada pues, según cifras oficiales, son más de 30 mil infantes considerados como “población de riesgo” en razón de su residencia y cercanía con el río Santiago.
De forma que se trata de un lastimoso y espeluznante ecocidio e infanticidio derivado de las nocivas condiciones medioambientales del río Santiago, considerado como “el afluente con los niveles de toxicidad más altos en el país”, de acuerdo con la ONU. Esto, debido en muy buena medida a las agraviantes e impunes “descargas que hacen empresas mexicanas y trasnacionales que se encuentran en el corredor industrial de El Salto (uno de los más importantes del país)”, como lo acreditó la CEDHJ en su reciente ‘Mega Recomendación’. No obstante, a contrapelo, autoridades gubernamentales entablan un discurso francamente ‘demonizador’ en contra del automóvil (ista), que se aúnan: I) al establecimiento de implacables sanciones para los omisos de la verificación vehicular que entrarán en vigor el próximo año; y II) a un programa recaudatorio que sigue siendo obligatorio, pero en el que el 68% de sus ingresos irá a parar en el ‘bolsillo’ de los operadores particulares de los verificentros. Pero de la gran contaminación de las empresas, a las que deberían multar y sancionar con rigor, nada.
Sin embargo, sigue postergándose la resolución del enorme problema medioambiental y de salud pública relacionado con el río Santiago ¡que acredita más de 20 años de omisiones por parte de autoridades de los tres órdenes de gobierno! El asunto no es menor. Greenpeace y la agrupación local Un Salto de Vida encontraron que en el río Santiago y sus afluentes se llegan a tener mil 90 sustancias contaminantes, y que hasta el 94% de las industrias (por qué la indolencia aquí) incumplen con la NOM-001- SEMARNAT-1996 —la cual establece los límites máximos permisibles de contaminantes en las descargas de aguas residuales en aguas y bienes nacionales—. Estamos frente a un pavoroso ecocidio.
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