análisis de nómina/Imagen Internet
Finalmente se hizo público el estudio realizado por el IMCO al Poder Legislativo de Jalisco, “Análisis de la Nómina del Congreso de Jalisco y Recomendaciones”, a petición de la Comisión de Administración y Planeación Legislativa. Respecto de este estudio, se desprenden reveladores indicadores.
Se destaca que el costo de la nómina del Congreso Local —que comprende las remuneraciones de mil 069 empleados con la inclusión de sus 38 diputados—, dividido entre el número de habitantes o la población gobernada de esta entidad, es mucho más elevado que el de otros poderes legislativos estatales. Así, mientras que, a cada jalisciense, le cuesta 92.2 pesos mantener a todo el personal administrativo y político del Congreso de Jalisco, a los neoloneses les cuesta apenas 43.6 pesos; es decir, es un 53% menos respecto de la erogación registrada en Jalisco. Por su parte, a los guanajuatenses, por ejemplo, les cuesta 53.5 pesos subvencionar a su Poder Legislativo, y a los veracruzanos 58.9 pesos. Desde luego, se trata de una desproporción mayúscula entre entidades federativas que comparten grandes similitudes en términos de PIB y/o población.
Asimismo, el costo total de la nómina del Congreso de Jalisco, dividido entre el número de diputados (38), es muchísimo más elevado que el promedio nacional. De esta manera, en Jalisco, el presupuesto de su Congreso Local, dividido entre sus 38 legisladores, asciende a los 20.2 millones de pesos. No obstante, el promedio nacional del costo total de la nómina, en las 32 legislaturas del país —excepción hecha de Oaxaca toda vez que no tiene transparentado el gasto, según reporta el IMCO—, contrastado bajo el mismo parámetro de medición, apenas alcanza los 8.26 millones de pesos. De forma que el gasto público destinado al financiamiento de la nómina del Congreso de Jalisco, dividido entre su número de diputados (38), es 2.4 veces mayor que el promedio registrado a nivel nacional. Otro indicador en el que sale muy mal parado nuestro Poder Legislativo.
Por si lo anterior fuera poco, los 20.5 millones de pesos que cuesta el funcionamiento operativo de nuestro Congreso, dividido entre sus 38 diputados, es mucho más alto que el de la Asamblea del Estado de Nueva York, ‘La Meca’ del capitalismo financiero norteamericano que, a su vez, también, se encuentra dentro de la principal economía del mundo (EEUU), toda vez que allá, su Poder Legislativo Estatal, representa un gasto público de apenas 12.5 millones de pesos dividido entre sus 150 congresistas locales —este abultado número se debe, en buena medida, a que la entidad federativa de Nueva York comprende una población de 20.2 millones de habitantes—.
Sin embargo, quizá el dato más interesante, arrojado por este estudio, es el siguiente: el costo de la nómina del Congreso de Jalisco, dividido entre sus 38 diputados, asciende a los 20.2 millones de pesos; la Cámara de Diputadas y Diputados de Chile, esto es, la Cámara Baja de toda esta nación, tiene un presupuesto de 9.1 millones de pesos entre cada uno de los 155 legisladores chilenos. Lo anterior, a pesar de que Chile tiene una población de 19.9 millones de personas, y Jalisco de 8.3 millones de habitantes. Más aún, mientras que la Cámara Baja de Chile necesita a 436 burócratas para ejercer sus funciones legislativas, Jalisco necesita de mil 031. Adicionalmente, mientras que Jalisco tiene un PIB de poco más de 86 mil millones de dólares, el de Chile asciende a poco más de 317 mil millones de dólares. No es casualidad que Chile sea, precisamente, una de las democracias más robustas del Mundo, de acuerdo con el ranking de 2022 de The Economist, que le da una calificación de 7.92 sobre 10, y la ubica en el lugar Nº 25 a nivel global, por delante de EE. UU. (26º) y por detrás de España (24º).
Este estudio realizado por ente externo, documenta la urgente necesidad de realizar ajustes en el Poder Legislativo de Jalisco. Es una oportunidad para realizar una reforma que optimice recursos, a la vez que profesionalice la actividad legislativa en Jalisco.
Gabriel Torres