Imagen: Yucatán a la Mano

La credencial para votar ha tenido banda magnética, incluso antes de que contara con la fotografía del ciudadano. La información contenida en la banda magnética se previó por la futura utilización del voto electrónico.

Casi 29 años después. El Instituto Nacional Electoral –INE- anuncia que esta semana inician los trabajos para el posible uso de la ‘urna electrónica’ en los estados de Hidalgo y Coahuila. Finalmente, el Consejo General del INE aprobó un “modelo de operación de casilla con urna electrónica”, con ocho votos a favor y tres en contra. 

Es importante destacar que el INE aún no especifica los pormenores de la operación muestra de la casilla con urna electrónica en las elecciones de Hidalgo y Coahuila.

A pesar de este importante avance, debe advertirse sobre la confusión entre voto electrónico y un modelo de casilla con urna electrónica. Las últimas únicamente almacenan información y hacen conteos automatizados, pero no transmiten información vía internet, tal como un modelo de voto electrónico debiera operar. 

Pero los esfuerzos por llegar apenas a la urna electrónica se remontan al año 2000, cuando el Instituto Electoral del Distrito Federal incursionó formalmente en el “análisis de las nuevas implementaciones tecnológicas para realizar procesos modernos y eficientes”.   

Un año después (2001), se registraría la primera reforma en una entidad federativa destinada a facilitar las condiciones para una ‘urna electrónica’. En Coahuila se legisló que “la votación podrá recogerse por medio de instrumentos electrónicos y/o máquinas, cuyo modelo sea aprobado por el Consejo General, siempre que se garantice la efectividad y el secreto del sufragio”.

Para 2003, esta entidad había desarrollado un modelo de urna electrónica, mismo que probó durante los comicios electorales de 2005. Posteriormente, Jalisco incursionó en la urna electrónica, mediante una reforma que abrió las posibilidades a un sistema electrónico de recepción del voto, probado con éxito en elecciones locales. Se trató de un modelo híbrido – el voto tradicional en boleta de papel y urna, y el voto digital en un módulo-. 

El modelo de urna electrónica jalisciense permitió que el sufragio emitido por el elector manera digital, fuese acompañado de un comprobante en papel –un testigo físico- que de manera automatizada se depositó en la urna, tanto para certeza del votante, como para un archivo en forma de urna tradicional que puede ser auditado.

Sin mayor explicación Jalisco decidió abandonar la exitosa experiencia. Ahora el INE la recoge. En palabras del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, “lo de la tecnología ya nos alcanzó, y creo que esta autoridad hoy tiene que ir dando pasos, cierto, graduales, sólidos, consistentes hacia el futuro”.

 El consejero electoral Enrique Andrade señaló que “los antecedentes de urnas electrónicas en el país han sido experiencias exitosas, con prácticamente ningún problema poselectoral”.

A su vez, el consejero electoral Marco Baños, señaló que “la reforma del 2013-2014 fue una reforma regresiva en materia de voto electrónico, porque no quiso reconocer las experiencias positivas que se pudieron recabar”. En Jalisco, tampoco. _  

 

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