El pasado 3 de diciembre, el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Dr. Enrique Graue, publicó un ‘Acuerdo’ en la ‘Gaceta UNAM’ en el que se decretaba la suspensión de todas las “reuniones académicas, de difusión y culturales (…) hasta el 31 de marzo de 2021”. Un día antes, en Jalisco se anunció el ‘regreso a clases presenciales en educación básica, para el 25 de enero’ del año próximo ¿Contradicción?
Veamos. La estatura académica del rector Graue, posee un aquilatado prestigio internacional en las ciencias de la salud. A la Universidad Nacional Autónoma de México le caracteriza una tradición intelectual en la medicina, encabezada por sus tres últimos rectores: Juan Ramón de la Fuente, José Narro Robles y Enrique Graue Wiechers. Ahora bien, ¿tiene la UNAM las cartas credenciales y autoridad científica suficiente para asumir una medida diametralmente opuesta a la de algunos gobiernos?
La respuesta es, sí. De acuerdo con el ‘ranking académico de las universidades del mundo’ 2020, se ubica a la UNAM como la institución de educación superior mejor evaluada de Latinoamérica, para posicionarse entre la clasificación de las 201 a 300 mejores casas de estudios del Mundo —de entre las mil que integran el ranking—.
Habría que advertir que la UNAM aglutina casi el 20 por ciento de los integrantes del Sistema Nacional de Investigadores (SNI), para liderar, por mucho, este indicador frente al resto de las universidades en el país. Más aún, casi el 40 por ciento de los SNI Nivel III, están adscritos a la UNAM.
Pero no se necesita mucha ciencia, sino sensibilidad para advertir que las condiciones han empeorado en Jalisco, y que, en enero, los aprietos serán mayores por el frío, el aumento exponencial de casos de covid, y la cada vez mayor saturación hospitalaria.
Milenio Jalisco informó ayer que “la Secretaría de Salud Jalisco registró 832 contagios nuevos de coronavirus con los que se acumulan 121 mil 246 casos confirmados en todo el estado, además notificó 26 fallecimientos con los que la entidad llega a 5 mil 015 muertos”. Las proyecciones matemáticas indican que habrá, al menos, 5 mil 200 personas que habrán perdido la vida por covid-19, al final del terrible año 2020.
Hagamos conciencia: en apenas ocho meses, 5 mil 015 personas han perdido la vida en Jalisco por covid.
Para esos que sugieren que deben asumirse sin más los costos de enfermos y vidas, se olvidan que detrás de esta pandemia hay un personal de salud que ha pagado heroicamente con su salud la indiferencia de las personas y el relajamiento de medidas por parte de las autoridades. Milenio reporta que existen oficialmente “mil 278 casos positivos de covid entre personal de salud, cuyo contagio está asociado a la atención prestada en unidades médicas” ¿Cuántas personas más deben morir en Jalisco para asumir las medidas necesarias, justo cuando se necesitan?
Ahora existe un récord de casos activos de covid en Jalisco; se está acelerando justo ahora el contagio de casos a nivel nacional; y por los rebrotes en varios estados, las autoridades piden ‘guardarse’; entonces, ¿por qué en Jalisco se abre el estadio, los bares, los ‘antros’ y pretenden regresar a los niños a clases el 25 de enero? Objetivamente, ¿en qué se basan?
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